miércoles, 15 de octubre de 2008

En un lugar de Galilea...

Sólo a un inglés se le puede ocurrir destrozar la historia más "grande" jamás contada; para algunos el "bulo", ¿qué podemos decir ya a estas alturas?
Lo divertido de THE LIFE OF BRIAN es, a mi modo de ver y una vez superadas las irrefrenables carcajadas de los dos primeros visionados, su profunda irreverencia, el atrevimiento que Monty Python tuvo hace treinta años y que treinta después provoca sarpullidos entre los nuevos salvadores de la integridad espiritual. Claro ¿no?
Entendámonos. THE LIFE OF BRIAN no es una obra maestra del cine si atendemos a ciertos parámetros; es autoindulgente hasta decir basta y se apoya en ingeniosos sketches que el grupo ha explotado inteligentemente a lo largo de su exitosa carrera. No le quito ni un ápice de valor, pues insisto: su mordacidad y descaro se sigue echando de menos en un nuevo panorama cinematográfico en el que la irreverencia parece ya un bien más escaso que un barril de crudo...
La película funciona mientras el espectador mantenga su capacidad de asombro intacta, pues, curiosamente, he mantenido desde hace tiempo la difícil teoría de que los Python y su humor son cosa más de jóvenes en formación que de adultos más o menos desencantados. Y, claro, otra vez en polémica, lo cuál, aparte de divertirnos, nos aviva la chispa vital ¿no es eso también el humor inglés? Apelamos, sobre todo, a aquellas irrecuperables comedias de la Ealing, pero también al boom de teleseries que minaron la televisión durante buena parte de los años setenta y ochenta. Todo ese cóctel de ingenio, sátira y agilidad interpretativa fue el que sirvió a Terry Jones, Gilliam, Eric Idle, John Cleese, Michael Palin, Graham Chapman y alguno más para contarnos en un puñado de imágenes lo tontuelos que somos y, encima, reírnos de ello. Buena terapia.
Casi todos los largometrajes del grupo británico son altamente recomendables, pero para los más avezados seguidores les diría que revisaran en la medida de lo posible el Flying Circus, su legendario show televisivo y lo comparasen con la morralla que actualmente se puede ver en cualquier cadena. Espero con impaciencia el día en que pueda hablar largo y tendido sobre MONTY PYTHON AND THE HOLY GRAIL, que me sigue pareciendo superior a ésta e, indudablemente, su mejor película.
Saludos desde la cruz.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!