sábado, 5 de junio de 2021

Sobre lo que nos hace iguales


 

Si hay algo que deberíamos aprender del visionado de WOLFWALKERS, no es otra cosa que su hermoso mensaje de hermandad, de comprensión mutua y entendimiento al "diferente". Incluso a través de esa fábula que se arriesga a parecer ingenua, pero que se coloca finalmente en el lado más incómodo, para que experimentemos en primera persona qué significa ser cazador o cazado. El extraordinario film de Tomm Moore va mucho más allá del relato épico de aventuras, por supuesto, y hace hincapié en un abanico de valores que nunca tendríamos que haber abandonado. Es la historia de dos niñas que no comprenden el mundo que les rodea, cada una a su manera, en entornos diferentes, pero con una actitud rebelde y contestataria, alejada de un conformismo organizado, aceptado e impuesto a mayor beneficio de los miedos con los que el señor feudal administra las miserables vidas de sus siervos. Robyn es de origen inglés, y junto a su padre ha de escuchar el desprecio de los otros niños, irlandeses, mientras sueña con ser una gran cazadora, y no acabar fregando una cocina. Mebh es una wolfwalker, un ser mitológico que habita las profundidades del bosque; medio loba y medio humana, encarna una filosofía de libertad y respeto por el entorno, aunque eso signifique mantenerse siempre ocultos en una especie de bosque secreto. WOLFWALKERS habla de todo ello, y pese a desarrollarse en un tiempo pretérito, sus temas son actuales, y nos inquieren sobre fronteras, murallas, miedos, incertidumbres, y de esa invisible ignorancia, de la que sólo podemos salir siendo un poco más esclavos, aquí y allá...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!