jueves, 18 de octubre de 2018

Clément de pleno #5



Ya en 1949, parecía demasiado evidente que René Clément estaba más cerca de los neorrealistas italianos que de los grandes nombres del cine francés. Más preocupado de imprimir emociones y sensaciones directas, casi instantáneas, Clément se hizo cargo de una coproducción entre dos pequeñas productoras de ambos países, para poner en imágenes la epopeya mínima de un hombre incapaz de decidir su destino y zarandeado siempre por un entorno, más que hostil, incomprensible para él. LE MURA DI MALAPAGA despliega una Génova asombrosa, abigarrada y ruinosa, por cuyas calles transita Jean Gabin, que da vida a un polizón que se ve obligado a desembarcar por un simple dolor de muelas. Prescindiendo de falsos héroes, el film no se casa con nadie, y es capaz de justificar cada acción por una cuestión de hambre, protección o mera miseria. Este es aparentemente un buen hombre, y ayuda desinteresadamente a una mujer acosada por su marido, pero la complejidad del guion nos informa de que el motivo de su huida se debe a qué asesinó a su propia mujer. Acorralado en una especie de carrera sin sentido, no sabe si fiarse o no, si huir o quedarse, si actuar o esconderse. Una espiral de actos y consecuencias que en menos de hora y media ofrece un retrato de personajes tan sutil como milimétrico, al mismo tiempo que la fotografía de Louis Page convierte la bella Génova en un siniestro e intrincado laberinto de callejuelas y solares, donde la gente descansa su miseria hacinada en cuartuchos malolientes. El desenlace es tan sencillo y sorprendente que dista con mucho del cine negro, donde no se inscribe nunca.
Tremenda.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Me encantan todas las piedras que salen en esta películas. Cada una de ellas es metáfora de algo. Puedo sacar mi vena viejuna y decir "ya no se hacen finales como éste"?. Macho, en la escena final, la cámara sube imitando el paso de los peldaños de la escalera. Buenísima.

dvd dijo...

La película, para quien no la haya visto, es una pasada. Un ejemplo de modernidad y riesgo, concretando en el espacio de dos días todo un pequeño universo repleto de personajes y circunstancias, pura narrativa. Por no hablar de la oscuridad que arrastra y alcanza a todos los personajes, no hay nadie enteramente inocente o que no se mueva más que por sus propios intereses. Y las causalidades (que no casualidades) son un alarde de guion de los que ya no se ven... Y esa Génova en B&W, por dios...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!