domingo, 14 de octubre de 2018

Rincón del freak #325: Vicios y virtudes del aceite de palma



El aceite de palma, ustedes saben, está suscitando encendidos debates allá por donde uno pone un programa de esos que ahora se llaman "de investigación". Son unos programas en los que la conductora pone voz dodecafónica y cara de estreñimiento con signos de mejora, y donde salen escáneres cameronianos, pero uno sigue sin entender gran cosa excepto que el aceite de palma es mu malo y mu dañino... o no, váyase usted a saber, porque yo lo veo en todas las tiendas. El caso es que el aceite de palma sirve para que economías tan frágiles y desiguales no se vayan al garete, como es el caso de Indonesia o Malasia, pero a costa de nuestros cáncerers del primer mundo, que serán mejores que las malarias del tercero. Estoy por mudarme al segundo, en el que no se conocen enfermedades ni alimentos insalubres, pero mientras tanto me voy tragando artefactos de la cosa esa del Netflix, que nos la cuela igual que se la cuelan a ellos. Yo mantengo la teoría de que Netflix está comandado por panolis que beben leche de anacardo y comen zanahorias heladas, y que deben saber de cine lo mismo que yo de bionutrición, con lo que internarse en su catálogo ofrece la posibilidad de navegar por un sargazal beduino y constricforme, con interesantes rarezas de Sundance, pero también con gilipolleces sumarias como I AM THE PRETTY THING THAT LIVES IN THE HOUSE, kilométrico título para milimétrica trama, y no por su precisión, sino por lo ínfimo de su desarrollo. Hundidos hasta las canillas en la fiebre de las casas encantadas (otra fiebre), parece que todo vale, incluso una tontería como ésta, en la que puedo constatar uno de los peores trabajos de fotografía del decenio y algunas interpretaciones insoportables, como la de la histriónica Ruth Wilson. Es posible que el director tuviese algo muy importante que revelarnos, pero seguiremos esperándolo mientras el aceite de palma no se introduzca definitivamente en la cocina de diseño... Que dios o quien sea nos coja confesados...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!