jueves, 12 de julio de 2018

Terror en el excusado



Y, bueno, hoy una peliculita de esas que cuestan cuatro duros, duran poco más de una hora, se disfrutan como entretenimiento sin pretensiones y luego se olvidan sin ni siquiera dejar mal sabor de boca. CURTAIN es una serie B descarada, apreciable por lo mucho que juega a parecerse a un capitulo alargado de "The twilight zone" y con algunas gotitas de terror metafísico que, aun de desarrollo infantiloide, la dejan como el segundo pasito de su director, tras un debut que no vio nadie. El argumento es delirante y algo zumbado, y gira en torno a una especie de puerta interdimensional (sobre esto ya se ha hecho mucho material) que aparece en el cuarto de baño de un pequeño apartamento... justo cuando su inquilino coloca la cortina de la ducha... Efectivamente, un aroma de comedia sobrevuela la cinta, y su mayor eror es no explotarlo, como efectivamente haría un Sam Raimi inspirado. En lugar de eso, después de algunas escenas descacharrantes, el director se lo cree y se pone a imitar a Clive Barker, pero sin la inventiva ni la mala baba de éste, por lo que el film se va tornando cada vez más convencional y previsible, incluyendo al monstruito de turno, que por falta de presupuesto apenas se reduce a unos primeros planos de una careta de goma, detalle que no hacía falta incluir.
La pueden buscar para una tarde de vacaciones sin muchas ganas de pensar, nada más.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!