domingo, 1 de julio de 2018

Rincón del freak #319: Cuando la vergüenza inunda una pantalla



Poco a comentar hoy, seguidores impenitentes del Domingo. La película (siendo muy muy benévolos) es la inenarrable secuela que Harry Bromley Davenport perpetró, ocho años después, de su inesperado éxito de videoclub, empujado, supongo, por la necesidad de cash y la convicción de que el todo vale puede ser un acicate para que algún productor despistado aporte un dinero incomprensible. La cosa en cuestión se llamó XTRO 2: THE SECOND ENCOUNTER y, efectivamente, no tiene absolutamente nada que ver con aquella simpática peliculilla que fue hecha con cuatro perras y toneladas de entusiasmo. Esto es una copia descarada de el ALIENS de James Cameron, pero terriblemente mal hecha y sin ninguna conexión con su antecesora. Hay un proyecto ultrasecreto en alguna parte, unas imágenes hechas con ordenadores de 32 bits que no se sabe qué son, unos tipos que igual se supone que son científicos pero que no dudan en ponerse un pañuelo en la cabeza a lo Rambo y disparar ametralladoras kilométricas. Y todo rodado en una semipenumbra en la que no se ve nada, con unas actuaciones lamentables (por allí andaba un ajado Jan-Michael Vincent), un bicho de goma eva brillante (porque brilla, no porque esté bien hecho) y un argumento que parece escrito por un pastor kazajo (mis respetos a los pastores kazajos). En resumen, una bazofia tan grande tan grande que yo me sacrifico por ustedes, me la trago en una soleada mañana de Domingo y se la pongo aquí para que no les dé por verla. Hala.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!