martes, 23 de enero de 2018

Wajda. Brillo y dominio #21



ZIEMIA OBIECANA (LA TIERRA DE LA GRAN PROMESA) es uno de los films que con mayor y mejor elocuencia han descrito las entrañas de la revolución industrial en el siglo XIX y el nacimiento del capitalismo salvaje, mucho antes de que se supiera qué ignificaba dicho término. De hecho, no se me ocurre un título mejor en el que podría haberse inspirado Scorsese para su "lobo", tal es la obsesión por acumular dinero y propiedades de un grupo de amigos que están dispuestos a sacrificarlo todo por hacerse millonarios dominando la industria textil en Lodz. La adaptación que Wajda realiza de la novela de W. S. Reymont se estratifica en una gran variedad de ramificaciones, que permiten comprender cómo y por qué se podía y debía medrar en las diferentes capas sociales, y cómo sólo los carentes de escrúpulos tenían el éxito asegurado. Los socios son un polaco católico, otro judío y un alemán de formación luterana, aspecto éste fundamental para asistir a la transformación de todos en adoradores de u solo dios, el dinero a través del poder. Y tanto en una Polonia sumida en la penuria económica, como en los pujantes imperios alemán y ruso, la consigna siempre es la misma: los trabajadores apenas tienen importancia y se reemplazan cuando enferman o mueren, las mujeres sólo importan si tienen dinero y los negocios sólo importan si el dinero lo pone otro.
Ganadora de la Espiga de Oro en la Seminci de 1975 y elegida como representante polaca para competir por el oscar, se trata de un film que no ha perdido su vigencia y además el tiempo ha demostrado que ha influenciado a numerosos autores posteriores, sobre todo a quienes han buscado la puesta en escena de un drama histórico sin caer en sus tópicos menos estimulantes.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!