jueves, 25 de enero de 2018

El gótico remozado



He vuelto a ver SLEEPY HOLLOW, llevado quizá por la insatisfacción de los últimos títulos perpetrados por Tim Burton o el deseo de constatar que este director conoció tiempos mejores, que no ha sido una alucinación colectiva. La traslación que Andrew Kevin Walker realizó del célebre relato de Washington Irving, además de venirle como anillo al dedo a Burton, le permite centrarse en el dsarrollo de la historia, en vez de desparramarse por recursos estilísticos, que aportan poco y distraen mucho. La historia del jinete sin cabeza, un diabólico fantasma que aterroriza a una aldea, y a la que llega un escéptico investigador (Johnny Depp en su salsa), contiene todos los elementos del gótico clásico, con la particularidad de que Burton capta inteligentemente la socarronería y crítica social de la que Irving siempre hizo gala, y que dotaba a su prosa de ese sabor especial que la hacía única. Hay de todo: brujas, fantasmas, decapitaciones, lentes de aumento... El reparto es acertadísimo, con Depp al frente (asomando tics, pero aún comedido), una joven Christina Ricci, Christopher Walken, Miranda Richardson, Michael Gambon... Un film que ha envejecido menos que las últimas entregas de su director pese a estar al borde de cumplir veinte años, y que es de todo punto recomendable para identificar, más o menos, en qué momento exacto se le fue esto de las manos al responsable, por otra parte, de maravillas como ED WOOD...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!