lunes, 29 de enero de 2018

Manual de lucha y libertad #9



Parece algo surrealista, una broma de mal gusto, que la larga tradición de ejecuciones en este país apenas ocupe un par de párrafos perdidos. Y aún peor, que se suela circunscribir a una cierta "crónica negra", desvinculándola por completo de quienes eran sus verdaderos responsables, acaso quienes firmaban las sentencias sin que les temblara el pulso. Lo otro, es verdad, nos retrotrae a una España subnormalizada, en la que las ejecuciones, salpicadas de morbo barato, tenían legiones de seguidores en el cátodo directo. QUERIDÍSIMOS VERDUGOS es el brutal testimonio que nos dejó Basilio Martín Patino, a modo de veraz esquela, mediante el impagable retrato de los tres últimos "ejecutores" del régimen, ya en sus estertores. Los tres no dudan en señalar a la miseria como el único motor que les empujó a desempeñar tan terrible cargo, y con gran naturalidad, entre copas, viandas y cigarros, recuerdan algunos de sus momentos "estelares". Al mismo tiempo, bajo las columnas amarillas de "El Caso", se despliega aquella España de vencidos y temerosos, pendiente de cualquier cosa que no le trajese problemas de conciencia, y hasta una muerte justificada servía para eso.
Basada en una idea original del escritor Daniel Sueiro, QUERIDÍSIMOS VERDUGOS es una obra profundamente valiente, y honesta; que muestra sin juzgar y elabora un discurso tan crítico que no hay un solo estamento que se libre de su severa mirada. Ni la familia, ni los médicos, ni la policía, ni los periodistas, ni la sociedad misma, testigo mudo y cómplice de la barbarie y auténtica celebración de la miseria moral.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!