lunes, 7 de julio de 2014

Actuación



Se podrá discutir la conveniencia de lo que algunos consideran una falta de ética en la inclusión de enfermos mentales en la búsqueda de la no-actuación. Podríamos debatir sobre qué aporta realmente a la realidad de hoy un episodio que, a falta de documentación, ocurrió hace 100 años y no necesariamente del modo en que se cuenta. Incluso sería normal reprocharle a Bruno Dumont su sádico agostamiento formulario, menor, es cierto (y en cierta medida, lógico), en este último trabajo suyo, aunque más notorio al decidir que el papel principal y todo el peso causal del film recaiga en una actriz tan conocida como Juliette Binoche. CAMILLE CLAUDEL 1915 es lo que es; es Bruno Dumont y luego es Bruno Dumont y luego es... Y al que no le satisfaga es mejor que ni se acerque, porque Bruno Dumont es lo que es: aridez, disgusto, honestidad revestida de engañifa; el truco del trilero, el olor de los indigentes, lo que nadie quiere ver. Y, al tiempo, tambié es un prodigio de concisión, de narrar solamente lo que debe ser narrado, con fe, con determinación y con una filosofía estructurada en el abrumador gigantismo del tiempo y la imposibilidad de agarrar un instante apenas perceptible. Dumont está radicalmente contrapuesto a cualquier cineasta-historiador, incluso a cualkquier cineasta-poeta; su logro es el humanismo y el asombro de la observación, pero cuidado con la ligereza, porque ¿de qué forma se podría trasladar a la actualidad la desorientación de Camille Claudel, confinada en un remoto sanatorio por su familia? Se me ocurre un drama desgarrador, o una denuncia social, pero lo he visto demasiadas veces en imágenes que perduran poco. Si Bruno Dumont incrusta a una soberbiamente contenida Juliette Binoche en mitad de un grupo de enfermos mentales reales es porque espera el milagro del frío que nadie dice que hace, sino que se siente por las mismas imágenes. A mi juicio es un paso adelante y un trabajo en ningún modo emocionante, sino revelador, necesario y de espléndida madurez. Y, sin ser la película suya que más me gusta, fue de las más importantes que se exhibieron el año pasado. Hay que verla.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!