miércoles, 16 de julio de 2014

De la crueldad como rito



Que Quentin Tarantino es un cachondo de tomo y lomo es, a estas alturas, de dominio público; que no le importe decir una cagada sin pies ni cabeza, es otra cosa muy diferente. He visto BIG BAD WOLVES después de leer en su cartel promocional que ha sido la mejor película que el responsable de PULP FICTION ha visto últimamente. Los israelíes Keshales y Papushado ciertamente homenajean, y yo diría que incluso copian, el cine de Tarantino, lo cual no sería malo en sí si no hablásemos de que todo parece una gran farsa explícitamente armada para conjurar uno de los iconos de dicha filmografía: las escenas de tortura. Y cuando no existe nada más, cuando la narración cobra forma de embudo, lo que supuestamente nos va a zarandear simplemente son un puñado de escenas rutinarias, un rito de la crueldad sin mucha alma. BIG BAD WOLVES va sobre alguien que rapta niñas, las viola y las asesina. No sabemos quién es, pero unos policías parece que sí. Detienen a un sospechoso y pretenden sacarle la confesión a golpes; luego resulta que tienen que dejarlo en libertad, aunque uno, especialmente sanguinario, lo seguirá extraoficialmente. Después entra en escena otro personaje, el padre de otra niña desaparecida que además (encima) también es una especie de torturador profesional. En un momento dado, casi no sabemos ya de qué va el argumento, si lo que importa es la confesión que nunca llega, si el detenido/acosado/torturado es inocente o no, o si a alguien le puede llegar a divertir un completo muestrario de atrocidades. El gran problema de este muy fascistoide film es precisamente que todo vale para el ojo educado de hoy en día, que, quizá, con el pretexto de la pedofilia, lo que realmente se está justificando es la sangría, también horriblemente rutinaria, de un pueblo sobre otro, no para conseguir ningún fin que no sea su total exterminio. Es tramposa, malhablada y poco novedosa; muy poco para un tipo como Tarantino, francamente.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!