martes, 15 de julio de 2014

El sentido del humor



Una de las virtudes más acusadas de los británicos es su tendencia a reírse de ellos mismos... por si todo lo demás ha fallado. El pico más alto dela irreverencia inglesa es (creo que no hay ninguna duda sobre ello) Monty Python. Ellos crearon una escuela acerca de cómo no dejar títere con cabeza y que sea divertido; te ríes de cosas muy serias, o que al menos nos llevan diciendo toda la vida que son muy serias. Hace poco volví a ver (no sé si van ya 7 u 8 veces) MONTY PYTHON AND THE HOLY GRAIL, la primera película oficial del genial conglomerado, y siguen sin notársele los casi cuarenta años que lleva encima. Si no la han visto no saben lo que se están perdiendo, 90 minutos de locura en incorrección total en la que le dan un "repaso" (nunca mejor dicho) a la leyenda artúrica y todo aquello que, un poco después, John Boorman nos pintó tan solemne. Aquí el Rey Arturo no va a caballo, sino que el ruido de los cascos lo hace su lacayo con dos cocos, aunque después tendrá que explicar de dónde diablos ha sacado dos cocos en plena Britania, cuando se trata de un fruto tropical... aunque, claro, a lo mejor el coco fue transportado por una golondrina... El humor de Monty Python proviene, esencialmente, del escepticismo y lo grotesco, de unir conceptos, de la manía preguntona de los niños que tanto fastidia a los adultos, y éste es uno de sus grandes trabajos, uno de los más divertidos sin duda alguna. Mi película favorita de Monty Python, por escenas como la del Caballero Negro ("¡Defiéndete!"... "Pero... ¡si no tienes brazos"... "¡Bah! ¡Es sólo un rasguño!"); los Caballeros que dicen "NI" (absolutamente acojonante); la bestia sanguinaria, que resulta ser un inocente conejo; o la condena a la hoguera de una bruja mediante el método de la balanza ("¡Sí, es una bruja! ¡Me convirtió en tritón!"... "¿Y qué pasó?"... "Bueno... mejoré..."). Si sólo pueden ver una película en sus vacaciones yo repetiría esta obra maestra cada día; no se me ocurre nada más refrescante...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!