jueves, 15 de marzo de 2012

Petróleo, sangre y nieve



Hace algún tiempo vi la versión sueca de esto que ahora se llama THE GIRL WITH THE DRAGON TATTOO, y ya dije que me gustó moderadamente y que me esperaba la cosa mucho peor, cosa que se corroboró con las dos siguientes entregas, como no podía ser de otra manera. Ahora llega Fincher, que ya apenas deja un par de destellos de lo que una vez fue y se confirma como lo que realmente es: el relevo generacional perfecto de Ridley Scott. Sólo una cosa es mejor en esta innecesaria versión norteamericana (que por otra parte también se desarrolla en Suecia)... bueno, en realidad son dos. Una es que se entienden mejor las cosas, así que uno se decepciona menos al saber casi desde el principio que es lo mismo de siempre pero con un envoltorio más cuco; lo otro es la excelente música de Trent Reznor, que en los fantásticos créditos iniciales llega a ser hipnótica. Así, uno se pregunta varias cosas respecto a esta película, como si realmente era necesario rodarla, aunque supongo que a los productores de la Columbia eso se la trae al fresco; mientras (y para que vean que no soy tan malo, me digno a comentar parte del argumento), no sé cómo alguien puede encontrar verosímil contratar a alguien para que descubra un secreto que quieres seguir manteniendo en secreto... ¿? Mención aparte merece esa parte final copiada directamente de TESIS... (sí, sí, la de Amenábar) y la cara de bobo de Daniel Craig cuando tiene que tirarse a una chica que, entre ustedes y yo, da más grima que otra cosa... Y, bueno, que es muy larga, y muy oscura... y que Daniel Alfredson debería hacer ahora una versión de MANHATTAN hablada en sueco... no sé si me siguen, pero sería una bonita venganza. No, no la vean si no es estrictamente necesario.
Saludos tatuados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!