miércoles, 14 de marzo de 2012
Estados mentales representados
Takashi Shimizu... sí, el de THE GRUDGE... y Shinya Tsukamoto... sí, el de TETSUO... Terror japonés, y más concretamente terror con vampiros... ¿con vampiros?... Sí, con vampiros... y con cámaras digitales y ruiditos extraños; así que... ¿qué podría salir bien de todo esto? Pues es curioso, pero por primera vez he visto en una de estas cosas una cierta intención por narrar claramente sin que interfiera en ello el supuesto impacto visual de su aparatosa imaginería. Mucho más sencilla en su presentación, MAREBITO se torna compleja a medida que va explicando el porqué de lo que estamos viendo, no "lo que estamos viendo", sino lo que finalmente va a representar. Y para que se puedan hacer una idea, les diré que todo comienza con un extraño suicidio por "algo" que alguien ve y cuyo rostro aterrorizado es captado por un cámara de televisión en el metro de Tokio; esto, sin llegar a ser una pista falsa, no es exactamente lo que habrá de marcar la pauta de su desarticulada narración. Sobre todo porque la obsesión del cámara por descubrir qué fue lo que vio este hombre le llevará hacia un submundo directamente salido del imaginario lovecraftiano, allí encontrará a una extraña muchacha de afilados dientes a la que llevará a su casa y a la que tendrá que alimentar con sangre, primero animal, y luego... Debo resistirme a seguir contando nada más, porque lo realmente bueno de este fascinante film es que necesita de una profunda comprensión por parte del espectador, que no debe quedarse en la superficie y sí escarbar en los motivos psicológicos (su representación sobre todo) de lo que está viendo en pantalla. MAREBITO no provoca terror por ser en sí una película de terror, sino por cómo desactiva cualquier idea preconcebida acerca de dicho género y termina por desubicar a quien esperaba otra cosa muy diferente; para ello, y sin que sirva de precedente (ya saben que este blog suele prescindir de explicaciones exhaustivas), les puede servir de ayuda algún texto de apoyo con las interpretaciones pertinentes. Muy interesante, en todo caso.
Saludos innombrables.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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