viernes, 9 de marzo de 2012

El partido de nuestras vidas



Independientemente de la calidad intrínseca de las películas que optaban al oscar este año (más bien escasa, la verdad), hay un rasgo que sirve para identificarlas entre ellas y trazarnos un itinerario imposible. La crisis, ya sea económica, de valores o una más personal, ha impregnado desde una comedia hasta una cinta de intriga, pasando por un drama supuestamente amable. Y en mitad de todas ellas, abrazando este sintagma con más fuerza aún, había una película compleja de abordar; primero porque MONEYBALL gira por completo sobre el mundo del baseball, que, yo no sé ustedes, pero a mí me deja bastante indiferente con su interminable retahíla de jerga y tecnicismos. Sin embargo, el director Bennett Miller, que ya dejara muy positivas sensaciones con CAPOTE, decide adaptar la historia real del director deportivo de los Oakland Athletics, Billy Beane; un equipo con madera de perdedor a perpetuidad y un tipo que, no se sabe muy bien cómo, lo sacó de la mediocridad más absoluta ideando un complejo entramado que mezclaba estadísticas, datos de economía y una implicación personal rayana en la esquizofrenia. Para ello se hizo con un escudero poco común, un analista económico, cuya principal labor iba a ser la confección de informes detallados sobre esas "perlas ocultas" que todo deporte encierra y que sólo necesitan ser descubiertas en el momento adecuado. Para entendernos, algo parecido a lo que Monchi lleva años haciendo con el Sevilla F.C.: jugadores baratos (al principio de coste cero) y desconocidos que terminan por convertirse en superestrellas (Alves, Keita, Kanouté, Luis Fabiano...); o si lo prefieren, la excepcional e inexplicable campaña del Levante de este mismo año, un equipo formado con retales y vejestorios varios y que continúa en puestos de Champions. Todo esto es MONEYBALL, pero muy bien diseccionado por Aaron Sorkin y Steven Zaillian; en realidad, tan diseccionado que puede resultar un poco confuso. Porque aquí hay poco de las típicas sport movies americanas, menos épica y más sorna; y un puñado de buenos actores también, empezando por Brad Pitt, que cada vez escupe mejor en los vasos de café, un Philip Seymour Hoffman más sobrio que de costumbre y Jonah Hill, al que efectivamente se le pueden seguir buscando papeles relevantes pese a su incómodo físico. Puede que, finalmente, MONEYBALL fuese la gran tapada, y la mejor de todas, desde luego la más inteligente e inesperada, pero es una película de baseball... ustedes mismos...
Saludos en segunda base...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiorrrr Uribarrenaaaaaa! Gol!!!! jajaja, Cámara loca!!!! ¿quién soy?
jejeje :P

dvd dijo...

... ¿?...

manue dijo...

joe canijo uribarrena ,camara loca , pc futbol,y no sabes quien es?

dvd dijo...

¿Miguelito?... ¿Miguelito por aquí?... ¿Y quién coño era Uribarrena?...

David dijo...

Hoffman está sobrio y además, "casi no está".
Se deja ver. Entretenida, y eso que a mí lo de baseball.. Y sí, Brad está muy bien, pero el personaje es un chulo de no te menees (un poco "insoportable" en sus modos; la manera en la que se dirige al economista al principio; aunque luego veamos que no, que al final es bueno, y tiene corazón).
Me lo pasé ayer mejor con el fracaso del año, que es la de John Carter (una de aventuras muy entretenida; no hay más tampoco, ¿eh?).

dvd dijo...

Esa es de la Disney ¿no? Todavía tengo que verla, pero la promoción está siendo tremenda. Ésta, de todas las que estaban nominadas, me parece, sin ser una maravilla, la mejor. Poquito nivel este año...

David dijo...

Sí. Es la de Disney... La dirige el de Nemo y Wall-E, pero... bueno, igual te interesa esto... en este enlace
te cuentan cómo un primer trailer (y la cabezonería del director, vamos) pueden "acabar" con una peli (supongo que habrá otros motivos, pero bueno...)

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!