jueves, 27 de febrero de 2025

La llamada de lo salvaje


 

Como se acaba de estrenar, me reservo mucho adelantar casi nada del argumento de WOLFMAN, aunque, ya desde el título, haya poco misterio. Tan sólo decir que tiene cosas muy interesantes y otras directamente incomprensibles, cuando no ridículas. Leigh Whannell reconstruye todo lo ensayado en EL HOMBRE INVISIBLE, aportando una mayor contundencia, pero cayendo en el mismo error de inconcreción crónica, que da la impresión no de un trabajo cohesionado, sino una retahíla de ocurrencias, más o menos certeras, hilvanadas casi siempre por el buen hacer de un reparto solvente y comprometido. El arranque, por ejemplo, está magníficamente rodado, y con un par de pinceladas construye todo lo que después podemos intuir que debe ocurrir. Lamentablemente, en menos de media hora, Whannell obvia el impacto súbito y desdeña cualquier elemento sorpresa, dejando al espectador expuesto a su propia incredulidad, y de paso rematando con un final no ya tramposo, sino que se ve venir, por su falta de sutileza, desde muy pronto. Hay quien audazmente ha visto trazas de Cronenberg en una historia que indaga, sobre todo, en un proceso de transformación subjetiva; para ello, yo al menos hubiese pedido, ya que estamos, no exponer lo subjetivo tan expresamente, y haber tenido algún guiño al misterio de lo desconocido. Pero claro, en el territorio del género de nuevo cuño, eso equivale a no comprender las razones por las que, en un film de 90 minutos, hay 12 posteriores de créditos... Será que somos unos antiguos...
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!