domingo, 17 de febrero de 2019

Rincón del freak #343: No se puede ser bueno por cojones



Mantengo la firme opinión de que el cine norteamericano le debe al mundo una gran película que sea capaz de zanjar el horror innombrable de la esclavitud. Estados Unidos, la tierra de la libertad y la esclavitud, y no hay quien lo niegue, ni quien lo dude. Y es preocupante que apenas algunos directores hayan tenido la ocurrencia de ilustrar la etapa más controvertida de ese país contradictorio, pero mucho más que lo hayan hecho sin llegar al hueso y la raíz de lo que sigue instalado en las conciencias de una sociedad sólo repuesta a hipidos. Lo que no tiene sentido es una película como THE BIRTH OF A NATION, que más allá de la broma de mal gusto del título no es más que un muy estudiado remedo de otras muchas películas, tengan que ver o no con el esclavismo. Lo que Nate Parker hace es una película mediocre, mal planteada y ejecutada, pero con un montón de lugares comunes que uno no puede dejar de señalar, y que la hacen avanzar en sus insufribles dos horas desde la moralina buenista y acojonada hasta una pornografía gratuita y sin un solo aporte válido que arroje algo de luz más allá de la anécdota de su sinopsis, una breve revuelta que un grupo de esclavos inició en una plantación de Virginia, empujados por Nat Turner, al que se dibuja como arquetipo del negro inteligente que luego traicionará la mano que le dio de comer ¿Hay algo más racista que eso? Sí, por supuesto. Aquella época fue profundamente racista, tan profundamente que aún dormita ese odio latente en algunas palabras y actos de ahora mismo, pero me temo que no era necesario hacer esta película para recordarlo.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!