martes, 5 de febrero de 2019

La clase de Lubitsch #2



SCHUHPALAST PINKUS (EL PALACIO DEL CALZADO PINKUS), de 1916, ilustra a la perfección las inquietudes artísticas del primerizo Lubitsch, que buscaba un lenguaje propio dentro de las comedias costumbristas que dominaban las producciones de mayor éxito de aquella época. Si hubiese que resaltar algo de ella sería el personaje interpretado por el propio Lubitsch, un joven llamado Sally Pinkus que no se distancia mucho de estos "ninis" contemporáneos nuestros. Un tipo holgazán y caradura, que no pega un palo en la escuela y se gasta el dinero de papá invitando a las jovencitas que, no se sabe por qué, revolotean a su alrededor. Expulsado de la escuela, Pinkus es obligado por su padre a encontrar un empleo, pero su naturaleza dispersa le impide conservar un solo empleo, y de una modesta zapatería, de la que también es expulsado fulminantemente, pasará a otra mayor, en la que logra prosperar gracias a su picaresca. Finalmente, tras engatusar a una famosa bailarina, ésta lo financia para que pueda abrir su propia zapatería, lo que aprovechará para poco menos que mofarse de su antiguo jefe. Llama la atención esa incorrección política tan propia del cine de Lubitsch y que iría puliendo sucesivamente, convirtiendo un personaje a todas luces repulsivo en el verdadero héroe de la función, lo que en mi opinión equivalía en aquella época a reproducir la única forma de rebeldía contra un sistema de valores inamovible e incuestionable. Y todo en apenas 45 minutos...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!