jueves, 28 de febrero de 2019

De trenes y hombres



EMPEROR OF THE NORTH, de 1973, concluye este minirrepaso secuencial a algunas de las películas de Robert Aldrich, al que el Olimpo cinéfilo aún le debe un lugar entre los más grandes del cine americano. Ambientada en los años más duros de la Gran Depresión, narra la epopeya (de tintes casi bíblicos) de un tren, el 19, que cruza el estado de Oregón y es abordado constantemente por una legión de vagabundos, que lo usan para desplazarse. Su maquinista y vigilante es Sack, un absoluto psicópata, que no duda en usar los métodos más contundentes para mantener "su tren" limpio de indeseables; y lo consigue, hasta que se topa con "El número 1", un mítico vagabundo que ha burlado su vigilancia cada vez que ha querido. La persecución y enfrentamiento de estos dos hombres ilustra a la perfección el estado de desamparo que sufría por aquel entonces gran parte de la población norteamericana, dividida entre los que detentan el bienestar y los que lo anhelan desde fuera. Un film trepidante, con magníficas secuencias ferroviarias y un duelo interpretativo impresionante. Lee Marvin está espléndido dando vida a ese tipo inaccesible y que se las sabe todas, una especie de héroe de los desheredados, que además de ser indetectable para sus perseguidores intenta, aunque sin éxito, organizar a sus compañeros, lo que representa el inexperto y ufano joven con el que se topa por casualidad, interpretado por un primerizo Keith Carradine . En el otro extremo, Ernest Borgnine da vida a Sack, un tipo temible y sin escrúpulos, y que cree ser el guardián de una cierta virtud que tan sólo le importa a él. Una de esas películas que aguantan el paso del tiempo de forma encomiable, y a la que quizá sólo achacaría un metraje excesivo, que se torna algo repetitivo y anodino en las escenas que no tienen al tren de protagonista.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!