lunes, 18 de febrero de 2019

Hipertrofia argumental



Lo de mezclar terror y trama bélica no es nada nuevo, de hecho es una combinación que casa bastante bien si se sabe conjugar adecuadamente cada elemento y ponerlo en situación, que uno no desmerezca al otro. El caso de OVERLORD, que pasaba por ser una de las esperadas en Sitges, es extraño, y da buena cuenta del problema de cierto cine actual, que no se conforma con ser de género y pretende aventurarse donde simplemente ni puede ni sabe. Lo de la hipertrofia funciona en dos direcciones, la de los soldados caídos y mutados en una mezcla de zombis y supervillanos, verbigracia del topiquísimo científico loco alemán, que infla la falta de argumento a base de hostiazos a lo Avengers, cómo no. Lo otro, efectivamente, es lo argumental, que se ve venir desde sus incomprensibles casi dos horas, que tienen una primera mitad absolutamente estupenda y mejor dirigida de lo que cabría esperar, pero que cae en picado en cuanto empieza el desmadre de balas y puñetazos. Es decir, que Hollywood (por ahí anda un tal "JJ"...) nos la vuelve a meter doblada, no por facturar entretenimiento, que es algo muy sano, sino por mistificar inútilmente dicho entretenimiento, sobre todo para que algunos apologetas de lo indefendible nos sigan vendiendo eso del "gourmet de andar por casa"... Allá ellos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!