sábado, 12 de enero de 2019

Por amor al arte



Danny Fields descubrió lo que otros no veían, lo que décadas más tarde todos hemos rendido como admiradores, pero entonces nadie lo vio como él ¿Pero quién era Danny Fields? Por este orden, y según sus propias palabras, un joven judío con excelentes calificaciones pero que se hartó de la vida académica para enrolarse en mutitud de publicaciones de lo que a mediados de los sesenta empezó a conocerse como pop. Suponemos que era un publicista, pero ahora sabemos que es mucho más. Que se codeó con toda la escena neoyorquina, con Warhol y la Velvet, y que le produjo un disco a Nico. Que vio antes que nadie el talento de The Doors y se llevó de la mano a MC5 y The Stooges. Poca cosa. Y con esos mimbres, que no es más que la punta de todo lo que ha vivido este señor, no hay derecho a que se haya hecho un documental tan convencional y poco imaginativo, que es la sensación que queda tras ver DANNY SAYS, donde el 90% son instantáneas que todo el mundo conoce, algunos subtítulos explicativos y algunas intervenciones de gente hablando estupendamente bien de un tipo tan interesante que es incapaz de hablar bien sobre sí mismo. No sé, me parece una gran oportunidad perdida, porque no había más que poner una cámara delante suya y un micrófono, seguro que él hubiese hecho el resto, como siempre hizo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!