sábado, 19 de enero de 2019

A trompicones



Me decidí a ver THE HAUNTING OF HILL HOUSE casi por la única razón de que se trataba de una serie autoconclusiva de diez episodios, con la esperanza de despacharla rápidamente, teniendo en cuenta la pereza que una serie de larga duración me produce. Seré conciso, en su honor. La serie está bien, a trompicones, apoyada en unas buenas interpretaciones, a trompicones, y un guion que se va creciendo, cómo no, también a trompicones. No estoy restando méritos, sino más bien ponderando cuáles son los aciertos, ya que no creo que el conjunto merezca demasiados rapapolvos, pero no puedo alejarme de cierta idea de desmembramiento estructural, y es curioso, ya que toda la serie está dirigida por Mike Flanagan, al que sólo conocía por aquello de las ouijas, donde ya mostraba su extraña fijación por los huesos desencajados y esas cosas. Mi impresión es que uno no se mete de verdad en la historia hasta pasados tres o cuatro episodios, ya que el protagonismo está repartido casi unánimemente entre los siete integrantes de la familia Crain, que adquiere una gigantesca mansión a precio irrisorio, con la idea de restaurarla y venderla a lo bestia, mientras todos pasan el verano en ella, sin sospechar que encierra un terrorífico secreto que penetrará en ellos hasta el punto de transformarlos a su antojo. O más o menos, porque así contada parece la típica historia de casa encantadas, fantasmas y gente asustándose, pero todo lo bueno que tiene la serie reside precisamente en las complejas relaciones entre los padres y sus hijos, lanzando la peregrina idea de que la gran diferencia que existe entre ellos es, de alguna manera, usada por la casa con oscuras intenciones. Hay muchísimos flashbacks, una cierto y rígido manierismo a la hora de presentar a cada personaje y demasiados momentos intrascendentes. Por contra, me parece excelente la mesura de los escasos momentos de terror y la apuesta por crear una atmósfera malsana y opresiva. Y lo mejor, aparte del ya famoso y multicomentado capítulo seis, son algunas escenas tremendamente teatrales, con un buen pulso en la dirección de actores.
¿Es recomendable? Sí, si no esperan salpicarse de sangre, porque no va por ahí.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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