lunes, 31 de diciembre de 2018

¿Sabor o textura?



Hay cosas que me resultan aún más inquietantes que descubrirme a mí mismo tecleando esto a apenas unas horas de despedir el año. Por ejemplo, darle vueltas al porqué de la necesidad de catalogar cada cosa que hacemos, lo que vemos o escuchamos, y el rechazo inmediato hacia lo incatalogable. UNDER THE SILVER LAKE es la película perfecta para continuar la senda de IT FOLLOWS, pero es una película que causa un rechazo inmediato y casi unánime ¿Por qué? ¿porque no se entiende? ¿Y qué hay que entender? Creo que David Robert Mitchell no es un gran narrador, ni tampoco intenta convencernos de ello, sin embargo posee un toque que lo separa de toda normalización, y por tanto de lo catalogable. Digamos que estamos ante una ensoñación, un relato lisérgico, una metáfora disfrazada de cine negro o simplemente ante el enésimo intento de trasladar el alma de James Joyce, su Ulises, a un cine más o menos convencional. Y aunque todos y cada uno de los motivos que aparecen en la película (y son muchos) me parecen fascinantes, ni siquiera he gastado un segundo en buscar correspondencias o explicaciones de andar por casa. No, prefiero quedarme con la magia de un cineasta que se sostiene sobre el mismo e inexplicable y abismal vacío narrativo que, por ejemplo, el Hitchcock de VERTIGO, que es de donde creo que viene la esencia de este galimatías tan seco y duro como en ocasiones emocionante y enternecedor. No sé, porque creo que me he reconciliado incluso con Andrew Garfield, un actor al que normalmente no soporto pero que aquí borda al protagonista, tan apasionado como desnortado, buscando a una chica que quizá ni siquiera llegó a conocer, y desmigajando todo el camino de baldosas amarillas, el que lleva desde el cartel de Hollywood (esencial fotograma) hasta un pequeño microcosmos de apartamentos con piscina en el medio. Aspiraciones, desengaños, apariencias, sueños y mentiras del mundo irreal que tantas veces nos han hecho pasar por ideal y anhelado. El protagonista no hace más que eso, buscarle una explicación coherente a todo para saberse seguro en un mundo que no entiende; la mayoría de gente que haya visto UNDER THE SILVER LAKE también lo seguirá haciendo un buen rato después de los títulos de crédito. Yo prefiero quedarme con la textura agradable de un regalo en formato visual de un director que posee un discurso propio y expansivo...
Y esto ha sido todo, al menos por este año. Que ustedes lo sigan disfrutando.
Saludos.

2 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

Gran película, sí, por... por muchas razones, maldita sea.
La escena con el compositor aún me acompaña, aún más porque aunque Jeremy Bobb esté todo maquillado de todas formas ofrece una intensa actuación, llena de capas. Eso sí, no sé por qué pero hubiera sido genial ver a Rutger Hauer en ese rol, aunque ya digo que Bobb se lo devora todo en sus minutos.
En fin, saludos, feliz año, todo eso...

dvd dijo...

A mí me ha gustado. No creo haberla entendido del todo pero tiene momentos fascinantes y la creación de la atmósfera se queda dando vueltas por la cabeza durante un tiempo. No sé, a mí me gusta el cine de este señor, pero espero que siga sin anquilosarse y pueda sorprendernos como es debido.
Un saludo y feliz año, por supuesto...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!