sábado, 15 de diciembre de 2018

Hormonas bajo control



THE EDGE OF SEVENTEEN es una película en constante lucha, consigo misma primero, por no sucumbir a los muchos (y comerciales) encantos de la comedia adolescente, pero también por no descarrilar hacia un terreno menos amable del que le corresponde, y que la podría haber convertido en una rareza que a muchos nos hubiera encantado comprobar de primera mano. Es una historia candente, con nervio, sobre una chica patológicamente inadaptada, cuyo inconformismo la excluye de los círculos de popularidad y la deja cada vez más aislada. Tras la traumática muerte del padre, que pasaba por ser la única persona que la entendía, sus dos únicos asideros son un profesor que la trata de igual a igual y la que es prácticamente su única amiga. Pero de nuevo su mundo se tambalea a partir del abrupto descubrimiento de la relación de dicha amiga con su hermano mayor, que provoca la ruptura de la amistad y una desorientación aún mayor. En la que es su primera película, Kelly Fremon demuestra poseer un pulso estimable que no deja naufragar a una historia sostenida por la estupenda actuación de la joven Hailee Steinfeld, que está muy por encima de la habitual planicie de este tipo de roles. Sin embargo, Fremon sabe perfectamente qué tipo de película está haciendo, así que se contiene, y no tira por lo escabroso ni por lo descocado; es decir, que se trata de una teen movie extrañamente circunspecta, que podría haber sido más importante pero augura varios futuros, como el de su protagonista y el de su directora, bastante interesantes. Esperaremos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!