viernes, 14 de diciembre de 2018

Un universo relegado



GEDO SENKI (CUENTOS DE TERRAMAR) fue una apuesta controvertida que el Studio Ghibli emprendió allá por 2006, y aunque el film ha ido ganando adeptos con los años, no falta un crítico que la coloque entre lo peor (para muchos sería un piropo) de la mítica factoría. Fue controvertida, entre otras cosas, por ser la puesta de largo de Goro Miyazaki, hijo del gran maestro, al que se le notaba la dificultad por desprenderse de su alargada sombra, al mismo tiempo que se las ingeniaba para facturar un producto reconocible a los ojos de los exigentes fans de la productora. Esto se torna un escollo salvado sólo en parte, pero que sin embargo le sirvió, un lustro después, para dar forma a la notable LA COLINA DE LAS AMAPOLAS, que traeremos más pronto que tarde. Hay un poco de Mononoke aquí, y también del castillo ambulante, Nausicaa y, por supuesto, Chihiro, solo que menos sorprendente y más rutinario, rozando incluso el homenaje involuntario a todos estos títulos. Una película con una trama previsible, trepidante en algunos momentos y monótona en bastantes más, merced a unos diálogos que se extienden sin revelar nada y una construcción de personajes, cuanto menos, previsible. No sé, es una película extraña, como una fiesta que se supone lujosa, pero de la que conocemos también la parte cutre. El argumento incluye dragones, magos, hechiceras malvadas y, cómo no, un mensaje pacifista y conciliador que es habitual en la marca, pero falta algo. Las escenas no se notan abigarradas, vivas, lo que le resta cine y la deja en una suerte de postales muy bien dibujadas, algunas espectaculares, pero con un estatismo preocupante. Yo la recomiendo por comparar, pero también porque puede ser el primer paso de un cineasta llamado a suplir una figura insustituible, y eso es historia viva, por supuesto.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!