lunes, 18 de marzo de 2013

Testigo, puente y aldabonazo



Hay ocasiones en las que me resulta mareante y complicado tener que exponer mis razones de forma lo suficientemente práctica como para intentar eludir, lo más posible, la pedantería, el ensimismamiento y, por supuesto, la ridiculez. Así pues, me he sorprendido a mí mismo admitiendo que, si por mí hubiese sido, el oscar a mejor película de este año habría sido para el renacido Quentin Tarantino de DJANGO UNCHAINED. Y todo después de haber abominado su anterior film, que muchos dicen que se parce tanto a éste... No estoy de acuerdo. Si INGLORIOUS BASTERDS era un actor porno mirándose la picha mientras mea, este colosal y morrocotudo homenaje al cine porque sí, al marginado del star system, al lúdico placer de poner en escena lo que te salga de los cojones (y para abreviar, al spaguetti western), es un exquisito embaucador, al que no le hace falta bajarse los pantalones para llevarse a la chica... Ahora bien, la jugada de Tarantino, no por audaz, es menos calculada; resulta complicado quien defienda a capa y espada las directrices (por decir algo) de Corbucci o Castellari (a Leone lo dejo fuera, es otra liga), pero casi más por desconocimiento refractario y desprecio inculto que por urticaria técnica. Esto es lo que Tarantino ha sabido aprovechar meticulosamente, y "su Django" no escatima en órdagos para alcanzar su verdadero fin, que no es otro que traer otra época y otras maneras de hacer cine al aquí y al ahora ¿Cabe, por tanto, mayor acto de insumisión y reto? Más aún cuando DJANGO UNCHAINED contiene una dirección de actores sublime y una narrativa jamás confusa (probablemente estemos hablando del mejor "contador" de historias del cine contemporáneo), y sólo en su tramo final se desmelena en exceso, pero le perdonaría a Tarantino que aguardase un par de horas antes de osgarmar, cosa que en este excelente western ocurre. De hecho, creo que la estatuilla a Christoph Waltz es absolutamente merecida; que Jamie Foxx cumple con creces su cometido de ser "el raro en la sombra", sin alzar nunca la voz; que Leonardo DiCaprio compone a un villano simplemente espeluznante y que Samuel L. Jackson deconstruye la noción que teníamos hasta ahora del apacible criadito negro de la plantación; amén de los emocionantes cameos de Don Johnson y hasta el mismísimo Franco Nero, el Django original. En fin, una película admirable y que se disfruta de cabo a rabo, con unos diálogos deudores de la inolvidable PULP FICTION y que, al menos a mí, me devuelve la confianza perdida (no del todo) en un director único, posiblemente el que más referencias sigue suscitando en este blog.
Y aprovecho para indicar, aparte de que el repaso a los oscars de este año ha concluido, que en adelante nos esperan varios días dedicados al western... digamos "más personal". Nobleza obliga...
Saludos sin cadenas.


3 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...


hombre,... yo creo que Django D. sí que se parece mucho a Malditos Bastardos, pues ambas películas son de género, episódicas y cuentan una historia de venganza violenta en un tono de comedia macabra a ratos esperpéntica. ¿Que los Bastardos eran mucho más exhibicionistas y Django D. más elegante?, puede ser, pero el objetivo de follar es el mismo. En fin, que creo que tienen muchísimo en común. Y también creo que era la mejor película de las candidatas al Oscar de este año.

dvd dijo...

A mí me ha encantado. El arranque es espectacular, con Christoph Waltz "desencadenado". La escena de la lucha en el salón, con dos negros matándose mientras los demás están allí como si nada... ¡es tremenda!... Toda la secuencia en la hacienda de Don Johnson es, a partes iguales, divertidísima y terrible. Me parece que Tarantino ha estado más fluido, más suelto, aunque el final me parece lo más flojito, eso sí. Y me parece que le va a pasar lo mismo que a Scorsese, que le darán un oscar ya cuando sea muy mayor, se haya domesticado y no precisamente por su mejor película...

Anónimo dijo...

Por varias razones:

1º Cuando se ve no, te atrapa entera, pero cuando se procesa sí está en Malditos bastardos.
2º Sí, es orgásmica. Por eso que fuera mi apuesta para Mejor película (cuando se vota no para ganar, sino para seguir cultivando la ganancia en la pérdida).
3º Porque lo único que acerté fue el de Mejor secundario.
4º Porque sigo cerrando fuerte los ojos, giro la cabeza y digo “avísame cuando termine”. Sí, la de la los negros matándose como si nada.


Y por la D muda, saludos y Feliz Primavera.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!