jueves, 7 de marzo de 2013

De ninguna manera



El "No" de 1988, en Chile, es uno de los episodios más significativos de lo que deberíamos entender, ahora que todo se tambalea, como la fuerza del pueblo soberano contra la soberbia opresora de una dictadura. El General Pinochet, tras quince años de poder absoluto, se sentía con tanta superioridad, tan seguro del efecto del miedo inculcado al pueblo chileno, que se le ocurrió la brillante idea de convocar un plebiscito. A un lado estaría la opción del "Sí", representando al poder establecido; al otro, el "No" aglutinaría, supuestamente, a los opositores, provenientes casi todos de partidos de izquierda. Pablo Larraín podría haber filmado desde fuera, dejar constancia de unos hechos históricos e incuestionables, pero prefiere elegir lo que normalmente no se ve y se centra en la realización de la campaña publicitaria de dicho "No". Así, NO es un apasionante relato repleto de detalles y motivos sobre la capacidad de los medios de comunicación para despertar conciencias, pero también juega el doble juego del "¿todo vale?". Por un lado vemos a René Saavedra, un exitoso publicista que ha pasado gran parte de su vida exiliado en México y cuya visión de la victoria publicitaria es completamente pragmática y desapasionada; sin embargo, lo que se le pide es que aproveche los escuetos 15 minutos diarios de emisión televisiva para mostrar los horrores de la dictadura al mundo. Increíblemente, lo que logra hacerse tambalear a un poder casi intocable es el poder de la alegría y la esperanza; Saavedra termina por imponer un spot que nos remitiría directamente a la Coca-Cola... ¿y acaso cabe mayor factoría de persuasión que esa? Por último, una pequeña reflexión sobre esto tan obtuso del cine: NO optaba al oscar a mejor película de habla no inglesa; poco antes, se alzaba con el premio a mejor película en el Festival de La Habana... Ustedes mismos.
Sí hay saludo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Saavedra no terminó por persuadir a la Academia.
En fin, siempre he pensado que hay campos donde la comunicación no puede llegar (y eso que soy publicista). Como algunas veces digo: el protocolo déjenselo a los monos.

dvd dijo...

Tienes razón... en lo de los monos también...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!