viernes, 13 de julio de 2012
Ozu en Viernes #14
No fue hasta 1936 que Yasujiro Ozu decidió dar el necesario salto al cine sonoro, y no es sólo una anécdota más, pues aparte de una obra capital en su filmografía, HITORI MUSUKO (EL HIJO ÚNICO) es un ejemplo de uso del sonido como hilo conductor y narrativo. De nuevo (no me cansaré de resaltarlo aquí) una mujer cuyo marido ha muerto y cuya única esperanza es poder reunir el dinero suficiente para enviar a su único hijo a la Escuela Superior, para lo que tendrá que realizar importantes sacrificios laborales en la fábrica artesanal donde trabaja, en un pequeño pueblo. En una arriesgada elipsis de más de una década, Ozu nos traslada a Tokio, donde el joven vive desde hace años y recibe, al fin, la visita de su madre. Ésta pasa de la concordia inicial con su hijo, su solícita nuera y su nieto de apenas un año, a una desilusión mal disimulada y que estalla en un feroz diálogo en el que echa en cara a su hijo lo poco y mal que ha aprovechado todos los sacrificios que ella tuvo que hacer (y que aún seguía haciendo), ya que sólo ha conseguido un modesto puesto de profesor, una semi-chabola en un arrabal y unas estrecheces económicas que se agravaron con la llegada del bebé. Desde ahí, Ozu evita cualquier sentimentalismo y deja la figura del hijo fracasado a expensas de su insondable desgracia, pero tan sólo para que aparezca un inesperado gesto de redención, mediante el que la madre cambia radicalmente todos sus prejuicios. El director japonés mostró su buen pulso narrativo en este drama social, aparte de dejar constancia de una dirección de actores admirable y, como dije, un magnífico uso del sonido, en el que no sólo importan los diálogos, sino recursos como el ruido de los telares o las aulas atestadas de niños; mención aparte merece la fabulosa partitura compuesta por Senji Itô y que ilustra a la perfección este delicado retrato sobre qué importa más a una madre, su hijo en sí o su mera circunstancia.
Saludos únicos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Amigo Indéfilo, nuevo viernes y fieles como un reloj a la cita de Ozu. Esta vez, te soy sincero. No la he visto. Es uno de esos 5 films del maestro no visionados. Va directa a la libreta de joyas imprescindibles. Es imposible verlo todo como atrapar al tiempo. Un abrazo
Hombre, yo creo que debes verla por dos motivos: porque es su primera película hablada y porque es muy muy buena...
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