domingo, 22 de julio de 2012

Rincón del freak #73: Las casas encantadas y sus mecanismos interiores



Películas sobre casas encantadas se han hecho tantas, y lo que es peor, con un patrón tan definido y similar, que lo que debería ser aquello que en nuestra infancia nos infundía temor y respeto (normalmente encarnado en las atracciones de feria), se ha convertido a estas alturas en poco más que un lugar común, reconocible y de alguna manera hasta confortable. Reconocemos los pasos que van a darse: la toma de contacto exterior; la profanación del umbral como violación del espacio prohibido (y los llamadores como impasibles guardianes); la primera calma; el primer rasgo de extrañeza; el descubrimiento de las habitaciones "oficiales"; más tarde la aparición de las cámaras secretas; los habitantes, caso de que los hubiera; para terminar con las desapariciones esporádicas y el enfrentamiento final con esos terrores innombrables que, tirando ya mucho de opereta, moran desde el principio de los tiempos... John Hough, director irregular donde los haya, se fijó en una oscura novela de Richard Matheson para rodar THE LEGEND OF HELL HOUSE, donde la premisa inicial era el desmantelamiento del mito de una casa supuestamente encantada y famosa por las víctimas que se había cobrado anteriormente; todo con la figura de un misterioso cacique llamado Belasco, sobre cuya figura corren leyendas de torturas y crímenes horrendos. Allí llega un extraño grupo formado por un físico que ha inventado una máquina capaz de explicar científicamente cada suceso paranormal; su mujer; una especie de joven vidente extrasensible y un tipo que presume de ser el único que ha logrado salir con vida de dicha casa. Buenos mimbres, magnífica localización, pero fallida propuesta; todo es confuso en esta película, donde las motivaciones nunca quedan claras y volvemos a lo anteriormente dicho: el itinerario ya nos lo conocemos. El asunto de la máquina queda vergonzantemente obsoleto, mientras que los momentos terroríficos no pasan de lámparas que caen, objetos que se mueven y gente que desaparece (¿grupos? ¿para qué diablos se conformaría un grupo si luego todo el mundo va por su cuenta?). Así las cosas, THE LEGEND OF HELL HOUSE es un título menor que, sin embargo, ha sobrevivido a duras penas gracias a la aportación de sus escuetos fanáticos, que la idolatran como cierto modelo a seguir. Yo no diría tanto, de hecho hay muy poco que decir.
Saludos encantados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!