lunes, 23 de julio de 2012

Ríe, payaso



Es curioso que un film como THE MAN WHO LAUGHS no haya tenido una repercusión mucho más madurada y sintomática en estos casi 85 años que la contemplan. Esto es así teniendo en cuenta varios factores, como el saludable desapego que le mostraba Paul Leni a la tremebunda novela de Victor Hugo, añadiéndole el toque necesariamente expresionista, aunque sin renunciar a la furibunda crítica social del original. Por otro lado, el film contaba con grandes estrellas de la época, como Olga Baclanova, Mary Philbin o un Conrad Veidt que daba un auténtico recital en uno de sus hitos interpretativos, el desdichado Gwynplaine, el no-monstruo abocado al rechazo y la marginación por culpa de una horrible desfiguración sufrida en la niñez. Es, con toda seguridad, este primer segmento del film, el que muestra la aterradora infancia de Gwynplaine, el de más enjundia; el momento en que es vendido al temible Comprachicos, cómo es mutilado y condenado a portar una sonrisa perenne, y su milagrosa huida en mitad de una tormenta de nieve, donde rescata a un bebé de los brazos de su madre muerta para acabar topándose con el bonachón Ursus, quien adoptará a Gwynplaine y se dará cuenta de que el bebé, una niña, está ciego. Sí, acojonante... Luego el tono general baja un poco, nos adentraremos en la corte del Rey Jaime, cuyas ansias de poder le han llevado a perpetrar toda clase de crímenes con la viscosa ayuda de su tétrico bufón, Barkilphedro. Así nos enteramos de quién es en realidad ese pobre monstruo de feria al que llaman "El hombre que ríe", mientras la joven Dea le declara su amor ciego (nunca mejor dicho), hasta que Gwynplaine decide dejarla que le toque la cara... Y ya no cuento más que me la cargo para quien no la haya visto, que desde luego que la recomiendo encarecidamente si quieren descubrir una verdadera joya del cine mudo y de su director, quien fallecería inesperadamente sólo un año después. En cuanto a lo del Joker... hombre, es indudable la influencia que debió causar en Bob Kane, pero ya digo que ambos personajes no tienen absolutamente nada que ver... y yo me quedo, por supuesto, con Gwynplaine...
Un saludo muy serio por mi parte...

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Es que no encuentro otra palabra para calificar la primera parte de esta película que no sea "acojonante". Será problema de mi pobre léxico, o será que la palabrita le encaja como un guante.

dvd dijo...

Es que es acojonante. Contiene una potencia visual y narrativa que yo, simplemente, no veo en el cine actual de acción; y ésta es una peli de aventuras ¿eh?...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!