jueves, 26 de julio de 2012

La intención es lo que cuenta



Veo THE HOLE 3-D, de Joe Dante, con todo el escepticismo del mundo, sin esperar ni demandarle gran cosa a: 1º, una peli con adolescentes en plan Tom y Jerry (esto es: los adultos son comparsas insignificantes de los que apenas veremos pantorrillas y zapatillas parlantes); 2º, una peli de miedo desafiantemente light, sin truculencias ni salsa de tomate, que es algo imprescindible ahora mismo; 3º, el 3-D, que es una cosa que me la trae tan al fresco como los techos solares de los coches, que los encarecen 2.000€ por la cara; 4º, el morbo de ver a un ilustre anciano (bueno, es un poco exagerado, pero parece que está ahí desde el Pleistoceno [... y John Landis, y Tobe Hooper, y Spielberg mismo...]) adaptarse a estos tiempos en los que nada perdura (este film es un buen ejemplo) y todo lo que un artesano, o lo que sea, pueda dar de sí, está indiscutiblemente sacrificado de antemano a la Diosa Productividad (El Roto dixit). Con estos mimbres, lo normal es que THE HOLE 3-D sea mantequilla derretida en una tostada quemada, y así parecen haberlo percibido la mayoría de espectadores, que no han vertido buenas críticas, y sí la peor: el ostracismo. Confinada, pues, a un oscuro agujero fuera del tiempo y el espacio (silogismo inevitable), debo permitirme a mí mismo serme todo lo fiel que me prometí ser cuando, tras despachar sus suspirables 100 minutos, resulta que me encontraba con una sonrisa de oreja a oreja. Esto es: por fin había disfrutado del cine como lo hacía cuando era pequeño, sin presiones absurdas ni presunciones pedantillas. Una peli entretenida, yo, una hora y media bien aprovechada y la sensación de que Dante, muy consciente de que nunca ha sido un "gran genio", se ha limitado a hacer lo que mejor sabe hacer, que no es otra cosa que quitarle un poco de hierro al asunto para demostrar que se puede hacer cine de terror para gente que aún cree en el prójimo; afición ésta ya en un alarmante desuso.
Y, bueno, si no la han visto y quieren saber de qué va, y además creen que van a tener noches de ocio relajadas, lo mejor que pueden hacer es verla, háganme caso...
Saludos tridimensionados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!