sábado, 25 de febrero de 2012
Lo que hay es lo que hay
En fin, después del subidón de ayer, para terminar con este repaso a lo que más o menos dio de sí el certamen de los premios Goya este año, y teniendo en cuenta que no he podido ver el film de de la Iglesia, no me quedaba otra que una peliculilla bastante mediocre que, aun así, optaba a algún que otro premio. INTRUDERS es, antes de que se lleven a engaño, la misma historietilla de terror, contada con las mismas herramientas de siempre y que por eso sus posibilidades de empatía con su público (y debo utilizar aquí el "su") se ven disminuidas sensiblemente. Poca repercusión, y es curioso, ha despertado su gran reparto, quizá por lo descompensado, puede que por lo lejos que están (y no sólo geográficamente) los mundos paralelos que Fresnadillo nos propone. Por un lado está un niño español, por el otro una adolescente británica, a los lados se encuentran sus progenitores; en España es una Pilar López de Ayala perdidísima, incapaz de ubicarse en un film de género, y Daniel Brühl haciendo de cura conciliador y modernillo, pero da igual. En Inglaterra, el más que arquetípico matrimonio formado por la holandesa Carice van Houten y Clive Owen, que se presenta como el gran reclamo del film pero parece estar deseando que se acabe, o esa es la cara que pone, claro. Y en medio, Carahueca, posiblemente uno de los monstruos menos terroríficos de todo el cine de terror, por lo que mantengo mis dudas acerca de que INTRUDERS sea realmente un film de terror. Carahueca, aparte de su sonoro apodo, no se ve, a excepción de algunos sombrajos informes a toda velocidad, no se sabe qué quiere ni qué intenta, pero a los chavales les da mucho miedo, claro. Yo tengo mi propia teoría, y es que Fresnadillo, que aspira a ser un buen director de género en un futuro no muy lejano, se olvida de que una historia mal contada cae en la trampa deliberada, así que lo que se nos quiere vender como una narración poliédrica no es más que un gran vacío entre los que sufren una especie de acoso y el "elemento acosador"; ahí no hay nada, excepto sombras demasiado veloces para que nos detengamos en ellas. A lo mejor me he perdido algo, aunque creo que es aún peor: me lo he perdido todo.
Saludos huecos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario