lunes, 27 de febrero de 2012

Conectamos en directo



Un rasgo acusado de cómo percibimos las películas, dependiendo de su nacionalidad, se encuentra en la aparente dislocación del ritmo narrativo, algo que se hace más evidente en el cine de género más transparente. La referencia siempre es el cine norteamericano, ellos han dictado las reglas y a los demás les toca subvertirlas o supeditarse y sublimarlas; y, sin tener que ver decisivamente en su resultado final, es complicado ver este tipo de películas con una visión saludablemente imparcial. Un ejemplo: ULVENATTEN (LA NOCHE DEL LOBO), un thriller de cadencia angustiosa filmado en Noruega, emplazado casi en su totalidad en un plató de televisión y que comienza de manera notable para terminar perdiéndose en los fangos de la convencionalidad más trillada. En un exitoso programa, conducido por una reputada periodista, se va a producir un debate sobre el conflicto ruso/checheno; hay diferentes invitados, público... pero de repente todo se desmanda. Entre el público se encuentra un grupo terrorista que reclama libertad para Chechenia y amenaza con explosionar una bomba si no son atendidas sus peticiones. El problema es el que hemos señalado antes, que todo es muy normalito; y ni siquiera un ingenioso giro final logra elevar el nivel de tensión que el film promete. Mientras todo transcurre en el plató la cosa se mantiene dignamente, pero cuando salen de allí el director parece no poder resistir la tentación de encender la pirotecnia. Supongo que a nivel local el film habrá sido un gran éxito, pero conciliar esto con un público que se conoce la historia de principio a fin ya es más complicado, pero no está mal para una tarde aburrida.
Saludos reivindicativos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!