miércoles, 1 de febrero de 2012

La vida incesante



¿Cómo abordar la figura de Hunter S. Thompson? Me refiero a cómo circunscribirlo a un solo ámbito cuando, efectivamente, todo el brillo y el interés de su escurridiza vida y milagros consistió en la imposibilidad de aprehenderle, domarle y clasificarlo como el objeto o curiosidad o anomalía que en realidad nunca fue. Thompson cruzó la raya, no sólo por la cantidad de sustancias que probó, sino por defender su uso como estimulante del acto creativo; otra raya fue su prosa, libre de retórica, directa, heredera de los grandes narradores de principios de siglo. Pero sin duda, la línea que demarcó el malditismo de este improbable periodista, trasunto de escritor y aventurero drogota por antonomasia, fue que nunca se vendió a nadie, incluso que llegó a venderse a un bando sólo por el placer de joder a su opuesto; o no se le tomó demasiado en serio o llegó a suponer una seria amenaza para la moral norteamericana. Fuera como fuese, estamos ante una figura realmente única, y por tanto terriblemente interesante en mitad del desierto intelectual en el que nos encontramos; es especialmente estimulante sumergirse en sus estrambóticos y corrosivos reportajes a tumba abierta, da igual que fuese indagando en unas corruptas elecciones locales o literalmente conviviendo con los integrantes del legendario grupo motorizado Hell's angels. De todo ello, de su obra, pero sobre todo de su vida (indisolubles la una de la otra), trata un magnífico documental de un magnífico documentalista, Alex Gibney; GONZO: THE LIFE AND WORK OF DR. HUNTER S. THOMPSON coloca a ese adorable monstruo justo frente a nosotros, tal y como fue, y no le evita los malos tragos, a sabiendas de que a él no le iban mal del todo. Con ritmo y audacia, Gibney desglosa con paciencia y con la voz de Johnny Depp el porqué de la existencia y vigencia de un reportero kamikaze y destroyer justo en mitad de la época de las flores y la paz; Thompson amaba tanto las armas de fuego como la escritura, y dejó constancia de lo letales que podían llegar a ser ambas; Gonzo, el reportero, parecía estar constantemente buscando el punto exacto entre embriaguez y lucidez, donde el punto y seguido puede perpetuarse hasta el infinito... Finalmente, el documentalista, sin que le tiemble el pulso, muestra la decadencia, la locura, el desastre en el final de una vida que se apagó con un fulgor que persiste hasta nuestros días. Era un exagerado, pero qué hubiese sido de nosotros si él no hubiese arado mucho antes...
Saludos tecleados no sin furia...

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

Excelente documentalista, aunque esta no la he visto pero la voy a poner a bajar. Me interesa la vida de este hombre y me interesa el punto de vista del autor del docu.

dvd dijo...

El documental está muy entretenido, y como Thompson era todo un personaje casi parece ficcionado, pero se trata de la pura realidad... aunque la realidad del Dr. Gonzo, claro...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!