sábado, 18 de febrero de 2012
Joven para siempre #3
Empecemos diciendo que DORIAN GRAY (la originalidad en los títulos a utilizar, ya ven, es poco estimada) está dirigida por un director típico del "quiero y no puedo" actual; gente seguro que muy preparada, con un bagaje estupendo y grandes adelantos técnicos a su disposición, pero con un gran lastre: son incapaces de crear algo que sea novedoso. Técnicamente, ya digo, la película no está mal, y tampoco es que se desborde por el lado del exhibicionismo; los actores merecen un punto y aparte, porque me parece paradójico cuanto menos. El protagonista, un incipiente Ben Barnes, es menos esfinge y se muestra más participativo, es un Dorian Gray más juvenil (¡marketing, marketing!) y con la vena sádica más atenuada; a su lado lo mejor del film, un sobrio Colin Firth que, sin pretender ser George Sanders (porque no se puede, básicamente), recoge toda la sorna e ironía de su personaje, aunque también las exigencias del guion (y del papanatismo de hoy en día) le encasqueten una paternidad a todas luces incomprensible. En fin, película extenuante, ahogada casi desde el principio, con esos colores tan falsos por querer resultar los mejores colores del mundo y no darse cuenta de que todo eso ya estaba inventado; sin querer explorar las posibilidades de la novela original y con un problema de montaje bastante serio, que te lleva de un diálogo explicativo directamente a un personaje que está fuera de plano y del que no sabemos qué diablos pinta en ese momento, y no creo que al señor Parker le haya dado un arrebato godardiano de repente, claro... Cubos de palomitas, intervalos bosteciles, nulos problemas de micción y una abrumadora sensación de pesadez que no hay antiácido que lo remedie; todo eso en casi dos horas de celofán inocuo, capaz de lo que parece imposible, que una obra tan refulgente termine siendo una banalidad perfectamente olvidable. Poco se puede rescatar de aquí, quizá que, de todas formas, el trago, aun siendo amargo, no deja secuelas.
Me despido, jovenzuelos; saludos...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
1 comentario:
Para mí lo más triste de esta última versión no es que el director no sea capaz de crear algo novedoso, sino que no es capaz ni siquiera de entender la novela original ni de, aunque fuera convencionalmente, transmitir su mensaje. Un bodrio.
Jajaja, no, yo tampoco creo que la cosa vaya de montaje godardiano, jajaja, muy bueno.
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