martes, 31 de enero de 2012

Lástima...



Sí, porque algunas veces hablamos aquí de películas que dan un poco de rabia, ya que, perteneciendo a países con menor producción y capacidad económica, esto se les vuelve un lastre al imposibilitar un desarrollo más óptimo de su propuesta. No todo es "el paraíso de la serie B" ni "la virtud de lo austero"; a veces lo tenemos que llamar por su nombre, que es "pobreza de medios". Es el caso de una pequeña película belga que plantea una interesante disyuntiva pero que es incapaz de ofrecer un solo minuto de cine coherente y acaba como el rosario de la aurora, tirando de donde menos puede, que es de medios. THE ROOM empieza como una película de Mike Leigh, con una familia cualquiera en la que la presencia de un hijo con síndrome de Dawn es motivo de disputas y agobios varios. No está mal, pero tampoco es nada del otro mundo. De repente, nos damos cuenta (aunque la carátula y sinopsis ya lo indicaban) de que no van los tiros por ahí, sino por el género fantástico. En mitad de una acalorada discusión, el hermano pequeño de dicho muchacho sube a la planta de arriba y desaparece sin dejar rastro, la familia se escama y sube, descubriendo una puerta con unas extrañas inscripciones que simplemente antes no estaba ahí. Es decir, Daoust, autor del guion, se muestra hábil al introducir el "elemento desestabilizador", pero luego no tiene ni puñetera idea de qué quiere hacer con ello, por lo que la hora siguiente, aparte de que todo misterio queda inmediatamente resuelto, es bastante cutrecilla y con un final sencillamente desastroso. Así que es lo de siempre, buenos propósitos para no contar nada de nada, así que si no la ven no creo que tengan que declarar nada al fisco...
Toc... toc... saludos...

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

Ufff... Me da mal rollo sólo de leer de qué va la cosa... XD

dvd dijo...

Sí, es de las malas y sin importancia...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!