lunes, 2 de enero de 2012

Historia de un muchacho #1



Como casi todos los años, en El Indéfilo vamos a empezar el año con un monográfico, y esta vez se lo vamos a dedicar plenamente a Oliver Twist, la universal obra de Charles Dickens, que ha conocido muchas y muy diversas adaptaciones a lo largo de todos estos años. Comenzando por la que ideó el director de origen escocés Frank Lloyd, que cinco años antes ya adaptó A TALE OF TWO CITIES. Apoyada fundamentalmente en la omnipresencia de Jackie Coogan, el niño prodigio que descubriese con sólo cinco años Charles Chaplin (posiblemente el "empresario" más joven de la historia, este film fue producido por la Jackie Coogan Productions), OLIVER TWIST desnuda la historia de posteriores atuendos preciosistas y deja la trama en el hueso, lo que da como resultado un film de apenas 75 minutos que avanza a toda velocidad desde el siniestro orfanato en el que Oliver se atreve a pedir "un poco de más sopa", pasando por la funeraria como ayudante y de ahí a las garras del avieso Fagin, cuya fabulosa caracterización por parte de Lon Chaney sería ya intocable en años posteriores. El film de Lloyd es dinámico, divertido (Coogan emplea todos los trucos gestuales que debió aprender del maestro Chaplin), enternecedor y muy entretenido. Lo que sí le pongo en el debe es que, supongo que debido a su corta duración, la mayoría de personajes quedan poco definidos, aspecto éste que impide obtener en imágenes la durísima represalia que Dickens desplegó en la obra original contra el sistema político británico, y especialmente el espeluznante trato que recibían los huérfanos en aquellos pabellones de caridad que más bien pasarían por meras cárceles. Sin ser la mejor adaptación, es un film que, teniendo en cuenta que acaba de cumplir nada menos que 90 años, mantiene intacto el espíritu dickensiano de la novela, lo que, como luego se ha demostrado, era indispensable para saber que se hablaba de Oliver en concreto y de todos los niños que han sufrido abusos por extensión. Les emplazo a mañana.
Saludos huérfanos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!