jueves, 26 de enero de 2012
Todo está en su cabeza
De vez en cuando me acuerdo de aquellas noches de mi niñez en las que, acurrucado bajo las sábanas, pasaba interminables horas nocturnas, en la más absoluta oscuridad, pegado a cierto transistor al que ocasionalmente no tenía por qué bajar el volumen, si es que tenía la suerte de contar con unos cascos de los de entonces, que eran los que se te clavaban detrás de las orejas. Así que disfrutar de una programación que incluía, aparte de la inefable crónica deportiva, programas de cine, "historias para no dormir" y hasta guiñoles invisibles era acabar, a las tantas, y con un considerable dolor craneal. Me refiero a todo esto porque de vez en cuando nos acordamos de que se pueden contar espectaculares historias fantásticas sin recurrir al efecto visual gratuito; cada vez menos, pero el otro día vi una curiosa película argentina que cumple todos estos preceptos al dedillo. MOEBIUS fue un curioso proyecto gestado en una escuela de cine y realizado por miembros de la misma, una ingeniosa historia de ciencia ficción basada en la paradoja de Moebius, que considera como posible (al menos teóricamente) la existencia de bucles espacio-temporales, como agujeros de gusano, en los que se entra y, sólo quizá, se sale. En este caso, el relato nos cuenta cómo un vagón de metro desaparece en pleno Buenos Aires sin que nadie pueda dar una explicación a dicho suceso; un científico, desarrollando teorías matemáticas, dará con una posible respuesta... sólo que humanamente inconcebible. Volviendo al comienzo de esta reseña, MOEBIUS, con su inexistente presupuesto, con la colaboración desinteresada de veteranos como Roberto Carnaghi, y una aplaudible falta de prejuicios, prefiere optar por el relato oral, contarnos el "cómo" para que nosotros imaginemos el "qué". El resultado es una película modesta, pequeña, pero que es capaz de mantenernos con la curiosidad suficiente hasta su brillante final, como aquellos seriales radiofónicos con los que nos dormíamos hace no demasiado tiempo.
Saludos en pasado-presente...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Muy interesante, ¡la fui a ver al cine en su día!, uno de esos ejemplos donde como dices se demuestra que con cuatro duros se pueden hacer cosas muy interesantes. Y que grande un país donde la gente tiene a Borges en su imaginario, by the way...
La historia es "borgiana" a más no poder, efectivamente. Lo mejor es que no le hace falta ningún efecto especial para crear ese clima de inquietud. Es muy muy entretenida...
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