martes, 16 de noviembre de 2010

To p'abajo #1



THE DESCENT es una curiosa película que entraría en una denominación que sólo tendría sentido de existir hoy día, teniendo en cuenta las horas bajas por las que atraviesa el cine de género, y más concretamente el de terror. La denominación sería algo así como: "películas de no demasiado presupuesto, con actores desconocidos y que extraen su valía de la explotación de la atmósfera como potencial activo para crear la mayor parte de la tensión, en lugar del abuso de efectos especiales y/o digitales". Un poco largo, sí, pero es lo más aproximado que se me ocurre para definir este film sin tener que descalificarlo, porque, al fin y al cabo, THE DESCENT no es más que lo mismo de siempre pero con un esfuerzo mayor por hacer visibles los elementos verdaderamente tangibles, físicos, de este tipo de cine, lo que la dota de un mayor encanto y la hace más entretenida. Neil Marshall, su director, sabe que todo está ya contado y que la tensión narrativa sólo puede provenir de un adecuado marcado de puntos a seguir y de una amplificación progresiva de una extrañeza que ha de ser patente desde el primer minuto. Así, se nos cuenta la historia de un grupo de chicas que obtiene de la espeleología la catarsis para afrontar sus cuitas y lastres emocionales; el problema comienza cuando la expedición en la que se centra el film lo elige una de ellas sin la documentación geográfica suficiente para tener toda la seguridad posible, buscando en la virginidad de un grupo de montes y cuevas norteamericanas una mayor emoción. Como está claro, todo saldrá mal; se perderán y se pondrán nerviosas, y esto es aprovechado durante la primera mitad del film para crear un estupendo suspense que se hace totalmente creíble. Pero claro, THE DESCENT no está hecha cuarenta años antes, sino ahora, así que Marshall cree necesario (y no lo es) una segunda parte repleta de bichejos sobrenaturales y otras cosas que no voy a desvelar, claro. Un síntoma que se hace ya demasiado repetitivo y que es capaz de restar interés a films que empiezan tan bien como éste.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!