domingo, 21 de noviembre de 2010

Rincón del freak #3: El thriller ibérico con trama médica



Yo no sé a ustedes, pero a mí ya me tiraría para atrás que me presentaran una película así, con esa descripción que es como pretender pergeñar un poema en un prospecto farmacéutico. No sólo eso es VORVIK, uno de los títulos (ni me atrevo a llamarla película) más jodidamente infumables que se han producido en este país que tanto ama al cine, con apoyos institucionales a tuti plein y el beneplácito de corbatas y mesas de caoba. Les resumo: Vorvik es el nombre de una clínica. El dueño se muere al principio del film de una manera muy curiosa: le tiene miedo al color rojo. Bueno, eso no importa, porque ya no vuelve a mencionarse. Sale Amparo Larrañaga (Miss Binaca) vestida tal que arriba, junto a ella María Valverde, que es su hija y además neohippy; están en el entierro, pero en vez de llorar, madre e hija van a tomarse una copa con Fernando Guillén Cuervo, que en adelante será nuestro Willis particular. Hay pasta, porque se trata de una urbanización potente y G. Cuervo ha venido expresamente de E.E.U.U. para el entierro. El encargado de la clínica es asmático y también se tira a la Larrañaga; luego la veremos en bata y el pelo mojado. G. Cuervo piensa que el rojo no mata a nadie (como Rajoy) y que todo ha sido un complot orquestado desde las entrañas de la clínica; no se sabe con qué fin, porque si era para que la Larrañaga se quedara con la pasta, es que ya la tenía. Da igual, lo que mola es ver a Bruce Guillén Cuervo por los pasillos de la clínica, donde la gente se cuela por la cara y donde se descubre que experimentan con algo mu peligroso, pero que tampoco se sabe qué es. G. Cuervo se tira a María Valverde y luego se entera de que es su hija, que ya es el colmo de la ineptitud y de lo gracioso por la cara que pone y cómo se lo toma, en plan: "qué se le va a hacer, cosas peores se han visto". Al final, el malo es el del Ventolín..., bueno, no, los malos son todos un poquito, porque ése la espicha y van saliendo todos reivindicando su poquito de maldad ante la atónita mirada de G. Cuervo, que es el único que no es el malo, sino el tonto. Y "the end". Esta cosa llamada VORVIK es eso, una "cosa"; un horrísono ejemplo de qué se hace con el dinero destinado a subvenciones en este país. Yo no se la recomiendo a ninguno de ustedes, a menos que sean unos frikis de pura cepa; yo ya no sé qué pensar sobre mí mismo, porque me trago estas cosas y... en fin...
Saludos de mesa camilla.

2 comentarios:

ricard dijo...

Pues a mi me han entrado ganas de verla tras tu resumen, que me recuerda el argumento de muchos giallos de esos infumables pero cuya rareza acaba teniendo cierta gracia.

dvd dijo...

¡No, no lo hagas!... Dios, he desencadenado una desgracia... Bueno, pero asegúrate de que te sale gratis...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!