lunes, 22 de noviembre de 2010

Respuestas sin preguntas



Werner Herzog es un tipo impredecible, un majara dentro de la industria y al margen de la industria, que es algo que muy pocos pueden permitirse y que puede dar lugar a artefactos tan sumamente extraños como el que hoy nos ocupa. Y es que THE WILD BLUE YONDER es algo más que un simple film; es la constatación de que una bufonada termina por ser más seria que un producto pretendidamente "serio", sobre todo porque Herzog, su desbocado e indómito talento, es capaz de poner en pie toda una saga galáctica sin más dinero que el de la cámara (en singular) y el sueldo de Brad Dourif, que tampoco debe cobrar como su tocayo Pitt... Así, uno siente una irreprimible curiosidad por saber, por "ver"; y, sí, claro que se ve, pero sobre todo se escucha, porque THE WILD BLUE YONDER es una suerte de cuento oral que nos es contado en primera persona. Dourif se presenta como un alienígena de edad incalculable y que se encuentra en la devastada Tierra solo y confinado, esperando pacientemente la muerte. El cuento habla de cómo un grupo de astronautas fue al planeta que da nombre a la película para colonizarlo y darle continuidad a la especie; para ello, Herzog utiliza material ya grabado hace tiempo, una especie de documental de la NASA y lo entronca con imágenes de buceo bajo gigantescas placas de hielo glacial. Así que el director alemán une un metatexto al que sólo tenemos acceso mediante nuestra propia imaginación, y luego lo altera "mostrando", sólo que no le interesa un despliegue de facultades técnicas, le basta y le sobra con imágenes reales de nuestro propio planeta, que puede resultar tan extraño y cautivador como el mundo más lejano que podamos concebir. La película es roma, áspera, no concede una sola oportunidad de regocijo, pero sobre todo es una demostración (aunque cuente ya con cinco años) de que ni siquiera la crisis económica puede frenar a la imaginación, quizá el único bien inalterable tras el apocalipsis. Como decíamos, Herzog desatado y Herzog en estado puro; búsquenla.
Saludos interplanetarios.

3 comentarios:

elprimerhombre dijo...

Miedo me da...

Un saludo!

dvd dijo...

No, si miedo no da, sino estupor...

miquel zueras dijo...

Parece interesante, Herzog siempre va contra corriente pero lo suele hacer bien y si además está Brad Dourif... Muy buena la crónica sobre Vorvik. Borgo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!