sábado, 27 de junio de 2009

El apócope de visionario

Es curioso que una película como SAVING PRIVATE RYAN sea capaz de abrir varios frentes de discusión; el mismo Spielberg parece eludir cualquier posible controversia que pudiera sacudir sus sólidos planteamientos y convicciones, y no sólo profesionales. Me atrevería a afirmar que hay un Steven Spielberg anterior a este trabajo, ya insalvable (sólo una coincidencia), y otro, el que ¿disfrutamos? actualmente y desde entonces, aparentemente más hermético, oscuro y polémico. Desde el punto de vista estrictamente lúdico, Spielberg nunca ha dejado de entretener, y personalmente no me molesta que esto sea así, sí cuando quiere ser el nuevo Costa-Gavras de un occidente libre y de altos ideales. Un buen reflejo de esto es el esquizoide montaje de SAVING PRIVATE RYAN, capaz de aglutinar en sus casi tres horas los grandes aciertos y errores del último cine comercial. Así, el film se inicia como un tsunami que no permite una bocanada de aire; la impresionante recreación del desembarco de Normandía es, por derecho propio, el mejor filmado de la historia y Spielberg podría decir sin embozo: "Ahí queda eso". Y es que pasarán otros cincuenta años hasta que alguien logre otro alarde técnico semejante. Pero, claro, aquello dura lo que dura, y luego todo se desploma, Spielberg debe seguir narrando ya sin el apoyo de la acción, pero además siente que debe desembarazarse de sus habituales coletillas humorístico-familiares y recoger de SCHINDLER'S LIST, lo cual queda un poco forzado tras la borrachera bélica. No podría hablar de un mal film, sí de un film rollercoaster, con subidones y bajones igual de precipitados y que además tiene dos errores de bulto. Uno: nadie va a creerse un despliegue así por un soldado del que sólo se sospecha que siga con vida. Dos: no he encontrado nadie que haya podido dotar de sentido su poco menos que surrealista final, en el que todo desemboca en una ingenuidad tan infantil que uno incluso llega a pensar en cierta impostura premeditada.
Así que me reitero en lo de los dos Spielberg, cosa que me irrita y fascina a partes iguales; todos sabemos que de niños eran sus películas las que amábamos.
Salvemos un saludo.

1 comentario:

Luis Cifer dijo...

peliculón sin duda. Un film casi perfecto (ese final es bochornoso, pero el de la lista de Schindler era igualmente innecesario e infantil) pero el conjunto es sobresaliente. Uno de los films que más me han gustado en un cine.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!