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Hasta ahí mi pequeña venganza cargada de vanidad. Ahora les hablaré (poquito, no voy a aburrirles demasiado) de SLUMDOG MILLIONAIRE.
Resulta que un tipo se llena los bolsillos hablando de los pobres. A mí no me hace gracia. Resulta que un tipo emplea una falseada estética de videoclip para hablar sobre la pobreza. A mí no me hace gracia. Resulta que para este tipo las cosas ocurren por mandato divino, "está escrito" es su eslogan. Tampoco me entusiasma mucho. Resulta que el sonrojo ha dejado de formar parte de la vida británica; a un chaval de la calle le dan una paliza delante de dos orondos turistas norteamericanos, con Mercedes y todo, y el chico exclama "¿No querían la verdadera India? ¡ésta es la verdadera India!"... Ejem... Luego, la señora dice "Te daremos un trozo de la verdadera América", le da un codazo al marido y éste saca un billetazo de 100 dólares. Hasta aquí, nada extraño ¿no? Todo va respondiendo a un plan previo. Más tarde, casi al final, el premio máximo de la historia de la televisión depende de una pregunta que seguramente sólo saben dos o tres intelectuales privilegiados que leen veinte libros al día... Esto es: ¿Quién era el tercer mosquetero? ¿Aramis, D´Artagnan, el cardenal Richelieu o Planchet?...
Hasta aquí mi crítica (o lo que sea) de esta cosa, ganadora de ocho oscars.
Saludos temáticos.
1 comentario:
Me alegré de los premios que recibió por la ínfima parte que le tocó a la parte del reparto que en la realidad sí son paupérrimos, aunque no creo que hayan salido de pobres.
Como película, además de coincidir en tu análisis de los detalles, en líneas generales no me parece como para que haya acumulado tantos premios, sinceramente creo que las había mucho mejores.
Un saludo
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