sábado, 17 de mayo de 2014

Un proceso acelerado



Eran Paralisis Permanente quienes cantaban aquella oda al egoísmo como filosofía de vida llamada "Autosuficiencia" (... "y no pienso nunca en nadie más que en mí"... "y veo mi cuerpo en descomposición"...) Y muchos años después uno no puede dejar de admirarse del talento anticipatorio de Eduardo Benavente y Ana Curra, que preconizaban un futuro de muertos en vida que se empolvan y perfuman ante una pantalla, creyendo que alguien les está viendo... y lo que es peor, oliendo. Algo así es lo que subyace bajo las poco sutiles imágenes de THANATOMORPHOSE, que parece el título de un disco de Carcass pero en realidad es una película de muy bajo presupuesto que nos llega desde el interesante panorama canadiense de horror... digamos que levemente trascendental. Yo no la consideraría como una cinta de terror, a no ser el que nos pueda sugerir su contundente argumento: Una chica comienza a descomponerse en su apartamento... Sí, lo mismo que nos pasa a todos cuando nos morimos... pero en vida y a toda leche. Luego uno hace sus interpretaciones del festín en base a lo que le haya gustado; personalmente no me parece una mala idea, aunque su acabado es a veces forzado y un poco narcisista, pero puede que ahí esté su encanto, en cómo se desmarca del cine norteamericano de terror contemporáneo. Primero porque, ya digo, aquí nadie mata a nadie, ni hay grandes sustos; lo que el joven Éric Falardeau pretende es una especie de juego moral, como si a esta locuela juventud, modelna y feisbukera, le estuviese por llegar una plaga que castigue su, por otra parte, muy jartible indolencia. No sé, pero si la ven háganlo antes de comer...
... (oigo cintas que he grabado con mi voz... leo libros que no entiendo más que yo...)
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!