martes, 27 de mayo de 2014

La violación del miembro viril



Hace un par de años, Harmony Korine presentó SPRING BREAKERS en Venecia, y lo que provenía desde América envuelto en un revuelo casi comparable al affaire Larry Flynt, acabó en una controversia dialéctica simple y puramente cinematográfica. Permítanme añadir que, efectivamente, como debe ser. Ahora en Yanquilandia (Hollywood) se escandalizan por cualquier cosa mientras su gigantesca factoría no cesa de lanzar iconos cada vez más allegados a la pornografía y con menor querencia por la sugerencia erótica (entiéndase por pornografía, también, la impudicia en cuanto a violencia visual). Así, esta aventura repleta de bikinis fluorescentes, luces de neón, metralletas y pasamontañas, no pretende dar tanta cuenta de ese conspicuo reverso tenebroso de Nunca Jamás que da soporte a lo que la Industria mantiene como su "cara B", sino más bien ensayar una cierta estética del equívoco, para despistar, sí, pero también con un juguetón "a ver qué pasa". Y tampoco pasa nada, todo el mundo sabe que las Hannah Montana de turno, una vez acabada la secundaria, se convierten en calientapollas con tendencia al michelín derrumbado y el amarilleo dental, así que la inclusión de Selena Gomez en esta gangsta-box-opera tiene menos miga de la muy ladinamente buscada por el director de GUMMO. La premisa es sencilla: cuatro muchachas en flor atracan un restaurante para poder pagarse sus soñadas vacaciones en Florida. Una vez allí, se pegan todo el día en bikini, de fiesta en fiesta y tiro porque me toca. Las detienen por posesión de drogas y altercado, y una vez juzgadas van a estar unos cuantos días en prisión, pero he ahí que llegará un inesperado ángel de la guarda, en realidad un traficante que queda hipnotizado por esas cuatro ninfas a las que intentará convertir en una especie de harén personal. Lo más sobresaliente de la función, precisamente, es ese matón pagado de sí mismo y con un punto extrañamente sensible interpretado por un irreconocible James Franco y que deviene perfecto icono de ese margen que todo el mundo sabe que existe pero nadie conoce. Luego está la película en sí, y yo, que no soy precisamente un entusiasta de Korine, la encuentro alargada, con momentos en los que apenas pasa nada, excepto, claro, el fetichismo de cuatro pipiolas en bikini soltando tacos y esnifando cocaína. Aunque, no sé si vagamente presionado, incluso un tipo que va de creador libre e insobornable se preocupa de no llevar al límite ni a la angelical Gomez ni a su esposa Rachel, a la que le había reservado también un papel. No, para la juerga final mejor dejar a dos ya "desvirgadas" como Ashley Benson y Vanessa Hudgens... Así cualquiera...
Saludos.

4 comentarios:

David dijo...

No voy a leer la entrada.
Pues de Capra revisé hace nada "Horizontes perdidos". Qué bonita. Hala...si comentas esa, me leo la entrada (u otra de Capra)... que como dice Mr.Lombreeze, te tragas cada cosa.

Mister Lombreeze dijo...

A mí esta película me ha pillado mayor (en el mejor de los sentidos). Me parece una giliflautez que la modernez aplaudió unánimemente. Pero yo me alegro de que a ellos les gustara, claro que sí.
Pero es que yo soy MrLombreeze: puedo ver dos pelis de Capra y votar en un mismo día!!!

ricard dijo...

No le vi la gracia por ningún lado.

dvd dijo...

... ¡Shangri-La!... ¡Shangri-La!... ¡Qué bonita es esa, jodó!...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!