viernes, 23 de mayo de 2014

Doble o nada



Lo primero que debo decir sobre ENEMY es que no tiene mucho que ver con la novela de José Saramago con la que creo que se la está asociando. Y mejor así, puesto que la (pen)última propuesta del que me parece uno de los directores más interesantes y frescos del cine más incómodo que se hace ahora mismo es un trabajo que se desborda de puro visual, un falso tratado psicológico que en realidad va en busca de una imagen no filmada o, al menos, no registrada como ceros y unos. Y es muchas cosas más, desde luego. Primero un tremendo trabajo de Jake Gyllenhaal, capaz de interpretar a dos personas (¿realmente lo son?) absolutamente opuestas y que, sin embargo, comparten una curiosidad que va avanzando pausadamente a partir de su, debo reconocerlo, confuso arranque. Y es que esta cinta está tan llena de fetiches como podría hacerlo David Lynch, que es la única referencia de peso que se me ocurre; tenemos llaves misteriosas que abren lugares que no conoce nadie, la mortífera representación de la feminidad represora en clave arácnida (arañitas primero y arañas gigantes después), y, por supuesto, esa especie de certeza que tenemos de que en realidad a quien descubre Adam, apocado profesor de Historia, no es a un actor de tercera fila que es idéntico a él, sino que estamos ante, quizá, la primera representación cinematográfica de la esquizofrenia, no desde nuestro punto de vista, sino desde el del enfermo. Ello dejará al más pintado con un palmo de narices, incapaz de explicar por qué están sucediendo esas cosas, además del proceso autodestructivo al que termina(n) llegando su(s) protagonista(s). ENEMY es un film extrañamente saludable para el enfermizo tema que trata, y aunque Villeneuve consiga no tener por qué detenerse en un solo compartimento (sea psicológico o físico), siempre nos dejará con ganas de más, incluso a sabiendas de que tras esa puerta secreta a lo mejor ni siquiera hay nada...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!