lunes, 22 de julio de 2013

De verdad... Jean Rouch #11



Ya desde su cartel, de corte curiosamente humorístico (aunque las intenciones vayan por dentro), la propuesta de JAGUAR (1967) queda meridianamente clara: tres amigos del paupérrimo Níger emprenden un entusiasta y larguísimo viaje a pie hasta Ghana (antigua Costa de Oro) para hacer fortuna y regresar a su tierra como prohombres que despierten la envidia y admiración de sus vecinos y familiares. Nada más salir, cazarán un buitre a bastonazos como signo de prosperidad para la travesía; harán cantimploras con calabazas secas, comerán cocos que les sabrán a gloria y, una vez en Accra, se darán cuenta de que si no tienes un centavo, y por increíble que parezca, no podrás ir más lejos porque los ingleses se han inventado una cosa que se llama "aduana". Así que Damouré, Illo y Lam, los tres viajeros, se verán obligados a trabajar antes de tiempo y sólo para poder ir de un sitio a otro; el contacto con el dinero les hará sentirse más seguros, pero no serán capaces de retener más de lo imprescindible para pagar la tasa que les permita continuar, así que volverán a ser pobres, y una vez llegados a su destino no podrán más que trapichear estraperlo, simplemente para costearse el viaje de vuelta en una camioneta. Rouch, elocuente, mordaz, terriblemente crítico, muestra una realidad inconmovible: la imposibilidad del negro para prosperar, para aumentar sus posibilidades. Estos tres optimistas salen de su pueblo con una intención y vuelven (y esto da que pensar) con tres souvenirs: un sombrero, un bastón y una camisa. Y quienes han osado mezclarse con los potentados sólo han trocado brevemente su destino por el de unos turistas accidentales e involuntarios. Sin perder su tono jocoso, una vez más, Rouch nos da de bruces con la realidad, tal y como es.
Saludos

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!