lunes, 26 de noviembre de 2012

Aquella España



Se murió Tony Leblanc, hecho por el que El Indéfilo se viste de luto esta semana, dedicada por completo a una serie de cineastas que han fallecido este año, rindiéndoles homenaje de la única manera que conocemos aquí, que es hablando de sus películas ¿Y qué se puede decir a estas alturas de Tony Leblanc que no se haya dicho? Pues quizás que también hizo sus pinitos como director, que en apenas los dos años en los que mantuvo su propia productora activa le dio para dirigir, protagonizar y hasta componer la música de tres títulos, entre los que se encontraba LOS PEDIGÜEÑOS, una típica comedia de la época (1961) con las figuras del momento y una temática digamos que entre lo folclórico y lo puramente esperpéntico. Además de  Leblanc, José Luis López Vázquez, Gracita Morales y el genial y nunca suficientemente reconocido Venancio Muro, completaban un reparto hecho a medida de esta historia de pícaros incapaces de abandonar el vicio de pedir, que se ha convertido en su único modo de vida. Se harán pasar por ciegos, mudos, cojos y, en una surrealista escena, incluso por cantaores de flamenco, lo que por un lado daba cuenta de esas personas tan típicamente españolas que siempre te espetarán un evidente "es malo pedir, pero peor es robar"; aunque, siendo sinceros, todo quede en un inocuo sainete a la mayor gloria de esas "buenas voluntades", aquí encarnada en la casta figura de Licia Calderón, hija de un banquero, que se enamorará perdidamente de Fortunato Calandria (Leblanc), con la sana intención de reformarle y llevarle por el buen camino, cosa nada complicada teniendo en cuenta la cosa esa de la supresión de la carestía de alimentos... Película, como la mayoría de las que protagonizó Leblanc, de intachable blancura ideológica e ideal para una tarde en familia, sin más pretensiones que disfrutar del entretenimiento que ofrece.
Desde aquí, nuestro respeto y admiración por el señor Leblanc... y vean sus películas.
Saludos pedidos.


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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!