viernes, 21 de octubre de 2011

Lo deprimente de estar vivo entre muertos



ZOMBIELAND podría haber sido un chiste privado en un gag en un capítulo de South Park; diez segundos, más o menos. Sin embargo, funciona. Raro de cojones, pero funciona; te hace reír, arquear las cejas y poner cara de sorpresa, justo como las pelis de hace treinta años... hace treinta años, claro. El enésimo holocausto zombie sirve esta vez para varios contrastes; por ejemplo, indagar un poco más en ese émulo de las constantes vitales de los adolescentes norteamericanos con "síndrome de Woody Allen"; esto es: depresivos, desconfiados, torpes, incapaces de quedarse con una sola cosa y viviendo en una especie de constante monólogo. Mientras, el mundo se acaba... Y para reafirmarlo ¿qué tal un redneck hiperviolento y descerebrado? Un arsenal viviente con sombrero de cowboy y una sola preocupación en la vida... perdón, en el holocausto: encontrar un Twinkie... Sí, hay contrapunto femenino, pero el peso lo lleva estupendamente esta improbable pareja, una de las más divertidas de los últimos años. El acierto, claro está, es que los interpreten dos antagonistas natos como Jesse Eisenberg y Woody Harrelson, encontrar la química entre ambos e incrustarla en un apocalipsis zombie. Pero no se lleven a engaño, por muchas reflexiones morales y sociales que contenga su ingenioso guion, ZOMBIELAND es, ante todo, una comedia de nuevo cuño; descreída, evitando cualquier asomo de arrogancia, con una verborrea incesante y, sí, unos efectos especiales magníficos, pero que afortunadamente no es lo que importa, sino que es un aspecto más al servicio de una catarata de referencias y guiños, desembocando en una escena que creo que debería pasar a la historia del cine, que tiene nada menos que a Bill Murray como protagonista y que, casi sin pretenderlo, le pega un zurriagazo a la industria cinematográfica norteamericana desde donde hay que hacerlo, desde dentro. Lo mejor de este inesperado film con creces. A mí me sorprendió gratamente, no esperaba gran cosa y terminé pasando hora y media de lo más entretenida.
Saludos de ultratumba.

3 comentarios:

Cinemagnific dijo...

Me partí el culo con esta peli, con ese aire ochentero que ahora tanto se prodiga. Me lo pasé realmente bien. Como dices, funciona.

ricard dijo...

La falta de pretensiones es la principal virtud de esta película, tan intrascendente como divertida. Saludos.

David dijo...

Pues sí. Para pasar el rato. A mí también me entretuvo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!