viernes, 4 de marzo de 2011

Espacio de sobra para movimientos banales



Algún día aparecerán aquí tanto LAST MAN ON EARTH como OMEGA MAN, las dos anteriores versiones de la magistral novela de Richard Matheson; pero hoy me quedo con el genuino "quiero y no puedo", convertido aquí en "puedo y no quiero", de este convulso principio de siglo cinematográfico, empeñado en desperdiciar buenas ideas a base de hacer pasar un grupo de postales digitales por cierto discurso narrativo. Y no cuela, claro. I AM LEGEND sólo funciona mientras existe la extrañeza, el misterio, el estupendo aroma a cine mudo con la ciudad destruida como telón de fondo y el caminante solitario (exceptuamos al perro), husmeando por los rincones, conduciendo como un niño lo haría cuando nadie le ve; la amenaza, latente, en sombras, sólo nos es mostrada en un par de secuencias que son lo mejor del film por lo que inteligentemente oculta en lugar de ser enseñado (exhibido). A partir de ahí, Francis Lawrence, que apuntaba buenas maneras en CONSTANTINE, un más que digno debut, pierde por completo el control de lo que quiere contar y, sobre todo, cómo quiere contarlo. Will Smith es lo único que importa en el segundo e insoportable tramo, sus chascarrillos ya son de la familia y, claro, los efectos speciales (digitales) invaden la pantalla como fuegos artificiales. Estos vampiros son los peores vampiros que usted podrá ver en una película, meras infografías desnaturalizadas y sin ningún tipo de "alma", nunca mejor dicho. Otra lástima, porque I AM LEGEND podía haber sido un blockbuster potente y duradero, pero todas sus licencias le acaban pasando una factura excesivamente elevada; sirve para entretener con palomitas y atendiendo sólo a las estridencias, pero, y pese a que se lleva anunciando una incomprensible precuela desde hace tiempo, ya está suficientemente olvidada, creo yo. Échense a temblar.
Saludos legendarios.

1 comentario:

marguis dijo...

Tengo que decir que esta peli desata mis iras a todo trapo, ¿Soy Leyenda? ¿En serio? A todo aquel que sea fan de la novela no se le escapa el sentido del título... que se ignora simplemente para lucir palmito... lo siento, pero es que no, y cuando dices aquello de "puedo, pero no quiero" das en la diana, ¡qué desperdicio, por Dios!

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!